Como todos Vds. deben saber, la
satisfacción es el estado, en su ámbito más común, del
cumplimiento de los requerimientos establecidos para obtener
un resultado y no se debe confundir con la felicidad.
Y no precisamente porque Dioniso haya esparcido sus mágicos
polvos por el ambiente en el que me muevo, aunque el
sincretismo, al que pueda hacer referencia mi alusión a
Dioniso, no se refiera en este caso a la unión y
conciliación de doctrinas distintas.
Viene a cuento éste inicio de artículo por cuanto hace
meses, en concreto cuando decidí regresar a mi tierra,
escribí una opinión referida a la postura de nuestro
Ayuntamiento en el apartado del padrón de habitantes.
Como recordarán, me mostré muy crítico con la actitud de
nuestro Ayuntamiento en relación a la inscripción de mi
familia en el padrón de habitantes de la ciudad. De mí y de
mi hijo pequeño no hubo problemas, pero de mi mujer sí que
lo hubo y de manera bastante peregrina, siendo como es
cubana y en posesión de la residencia permanente en España,
su inscripción en el referido padrón de habitantes estaba
negada… el carnet de identidad que le dieron la oficina de
Extranjería en Mataró (Cataluña), no era válido aquí en
Ceuta, pese a existir leyes que avalaban al mismo, por lo
que si quería empadronar a mi mujer, debía pedir un nuevo
carnet de residencia a Extranjería de Ceuta.
Como escribí muchas veces, Ceuta se rige por leyes distintas
al conjunto de las demás Comunidades autónomas cuando se
trata de una ley estatal, orgánica o fundamental. Aquí estoy
totalmente de acuerdo con Jenaro García-Arreciado y menos
mal que entonces no llovieron palos contra mí y sí contra
nuestro Delegado del Gobierno. Se ve que no significo nada.
¡Qué importa! La satisfacción que tengo es grande.
No soy hombre de leyes, aunque realicé estudios sobre ello,
pero sabía que la actitud de Ayuntamiento en referencia a
empadronar extranjeros era un tremendo error y una posición
de prepotencia increíble. De nada me valía el pretexto que
daban de que Ceuta estuviera ubicada en una posición clave,
muchas poblaciones del área catalana y vasca están en la
misma posición de nuestra Ciudad, con fronteras a países
extranjeros aunque estos pertenezcan al espacio Schegen.
Ceuta tiene una frontera española con un país extranjero y
el límite queda en impedir la entrada de quienes no tuvieran
los papeles en regla, de ahí no había nada más que legislar.
Ya dentro de Ceuta, era, es y será, obligación del
Ayuntamiento, que no de la Ciudad porque ésta no lleva ese
tipo de atribuciones, empadronar a todo ser viviente, de la
escala de los humanos principalmente, que lo solicitara sin
más trámites que el que se identificara y demostrara donde
vive.
Protestaba yo, entonces, que era la primera vez que veía esa
hostil actitud en referencia a empadronar extranjeros con
documentos legales de residencia PERMANENTE, primero porque
ninguna ley refrendaba esa postura ceutí y segundo porque
con esa actitud permitía a un buen número de inmigrantes,
con papeles o sin papeles, residir en la ciudad sin tenerlos
residiendo en la realidad. O sea que legalmente no existe
tal o cual inmigrante, por lo que difícilmente se podría
sostener un status legal en caso de delinquir.
Estaba decidido a presentar querella judicial, pero me
aseguraron que ya la habían presentado otras personas, por
lo que decidí seguir el juego en espera de algo.
Pese a que hemos cambiado el carnet de residencia permanente
de mi mujer por uno expedido en la oficina de Extranjería de
Ceuta y haberlo comentado en entrevistas con las autoridades
gubernativas de la Delegación en varias ocasiones y con Paco
Sánchez París… quedo satisfecho, muy satisfecho que el
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía me de la razón, a
través de denuncias interpuestas por otras personas y a
pesar de los recursos del Gobierno ceutí.
A quienes les interesen conocer más sobre este asunto, les
remito al artículo que mi amigo y mejor profesional, el su
Peligroso, demagogo y xenófobo, dinamitando la mecha de la
integración y la convivencia, el reciente nº 328 del
semanario “La Vérité” alarmaba así a sus lectores con su
portada en color del viernes 15: “Los marroquíes de España
amenazados”. Debajo y en negrita: “En los enclaves (aquí en
la Melilla ocupada) como en la Península, pronto la caza a
los marroquíes”. La información, manipulada y mezclando
churras con merinas, en tres páginas a toda plana del
interior (24, 25 y 26) firmadas por el “Grand Reporter”
(sic) de este semanario francófono, El Housseini Majdoubi,
quien por si fuera poco sigue tergiversando la historia en
su columna (“Un Programa inspirado en los tribunales de la
Inquisición”) a propósito del programa del Partido Popular
en lo referente a la emigración. Obviando su realidad más
cercana o el reduccionista concepto que, el Islam como
religión, tiene de los derechos humanos, “le Grand Reporter”
acusa torcidamente al PP de “inspirarse en los Tribunales de
la Inquisición de la Edad Media” y de calificar la,
ciertamente penosa, expulsión de los musulmanes de Andalucía
de “genocidio”. Podemos ‘sidi’ Majdoubi matizar muchas
cosas, pero la forzosa salida de “andalusíes” primero (entre
ellos la comunidad judía) y “moriscos” después ha sido sin
duda una dolorosa tragedia humana, pero no un genocidio.
Genocidas fueron los nazis; genocida fue el musulmán
Tamerlán (desde Bagdad a la India); genocida fue el último
Califa del Imperio Otomano bajo cuyo mandato, en 1915, los
cristianos armenios fueron masacrados casi hasta el
exterminio; y genocida hoy, ‘sidi’ Majdoubi, son los grupos
terroristas de Al-Qaïda, Hamás o Hizbolá y, en particular,
la República Islámica de Irán con sus intenciones de
eliminar a un legítimo miembro de la comunidad
internacional, el Estado de Israel, rematando la obra de
Hitler. ¿Por qué no escribe usted de ello?.
Volviendo al vomitivo artículo (y yo, como ustedes saben, ni
simpatizo ni soy votante del PP), ‘sidi’ Majdoubi escribe
sobre ¡conversiones forzosas! de sus compatriotas
marroquíes, poniendo como muestra de ello a su juicio el
proyecto de prohibición del “hiyab” en las escuelas (‘sidi’
Majdoubi no tiene ni idea), si bien lo más preocupante para
el colega es que la “situación de los inmigrantes
clandestinos no volverá a ser regularizada”. ¿A qué vienen
tantos nervios, me pregunto yo?; ¿”dispara” el periodista
marroquí con pólvora propia o ajena…?. Sigo habitualmente
desde hace años esta publicación, generalmente centrada y
pocas veces había leído un ataque tan frontal y torpe, un
intento tan burdo por lo demás de influir en las legítimas
decisiones de un país vecino.
Invito a este colega a describir la penosa situación de los
derechos humanos (uno de ellos la libertad de conciencia y
religión) en los países musulmanes, recordándole que la
libertad religiosa está expresamente prohibida por ley, más
aun, la predicación de otra religión diferente al Islam,
incluido en uno de los más abiertos como es el Reino de
Marruecos, acarrea la cárcel. En otros muchos, no ser
musulmán incluso para turistas o extranjeros no es fácil. O
sea: que ustedes sí pueden ser excluyentes y nosotros
debemos seguir chupándonos el dedo, ¿no?. Verás colega,
Occidente empieza a despertar. ¿Lo sabes, verdad?. Y claro,
¡vaya que si os preocupa!.
bdirector del diario: Gonzalo Testa, publicó ayer domingo en
nuestro periódico “El Pueblo de Ceuta”.
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