Lunes. 11
Se viene celebrando, cada dos por tres, esa muletilla de
Vicente Álvarez en algunas de sus viñetas: Y Simarro en
Aragón. Cuatro palabras que a quienes conocemos la historia
de lo ocurrido cuando el GIL nos hace revivir unos tiempos
que ciertamente fueron lamentables para Ceuta y funestos
para todas las personas que se negaron a colaborar con lo
que nos llegó procedente de Marbella. Eso sí, ayudados por
ceutíes que vieron en aquel proyecto la mejor manera de
medrar. Muchos de ellos se distinguieron tanto en su labor
de proclamar por las calles, antes y durante la campaña
electoral, las bondades de aquel grupo de vividores, que
ahora tienen que soportar la cruz del paso que dieron. Por
tal motivo, me extraña que Vicente Álvarez,
inteligente como es, insista en nombrar constantemente la
soga en casa del ahorcado. O sea, decir, cada dos por tres,
Y Simarro en Aragón, es gana de que a alguien le dé por
exponer lo bien que le fueron a muchos con la política del
GIL. Vicente, de verdad, por lo que más quiera, haz el favor
de olvidarte del GIL. Que tú tienes recursos más que
suficientes y arte de sobra para no caer más en esa absurda
tentación. ¿No te das cuenta de que gracias al buen trato
que tú le dispensaste a los del Gil, y entre ellos estaba el
muy principal Simarro, el que vive en Aragón, conseguiste la
inmortalidad en la Avenida Cañonero Dato?
Martes. 12
El editorial de este periódico refleja perfectamente cómo
Juan Luís Aróstegui ha vivido los últimos meses
empecinado en ponerle trabas al traslado del Mercado de
Abastos a la Manzana del Revellín. El hombre que maneja las
riendas de un partido extra parlamentario no se ha parado en
barras a la hora de airear que detrás de la decisión del
Gobierno presidido por Juan Vivas hay gato encerrado.
Y está en su perfecto derecho de pensar mal de cuanto está
aconteciendo al respecto del edificio. Y también de
convertirse en cabecilla de una recogida de firmas entre
ciudadanos que se oponen al ya tan manoseado traslado. Ni
tampoco se le ha criticado su habilidad para comerle el coco
a Antonio Gil: secretario general de la UGT (cuidado,
Antonio, no vaya a ser que el listo te esté juntando chinita
con los pies). Unos dicen que es notoriedad lo que anda
buscando el ex concejal frustrado por tantas decepciones en
las urnas; otros, dejan caer que le puede la envidia que le
tiene a Juan Vivas… Sin embargo, también los hay que piensan
que detrás de su sañuda persecución contra el traslado del
mercado hay intereses oscuros. Es decir, que quizá haya
prima por ganar en campo contrario. Y ese pensamiento es tan
noble y legítimo como el que Aróstegui expone a cada paso
cuando habla del pelotazo de la Manzana y que suele
relacionar con el del soterramiento. A ver si, por fin, el
Gobierno llega a un acuerdo con la empresa de la manzana y a
mí me es posible sentarme, de una vez por todas, con
Adolfo Espí para que éste me cuente, conforme a lo
prometido en su día, lo que yo quiero saber del asunto. Es
decir, a quién representa Aróstegui cuando denuncia y si…
Miércoles. 13
Luz Elena Sanín, candidata al senado por el Partido
Popular, no ha hecho más que abrir la boca y ya le ha salido
al paso la candidata del PSOE por Ceuta, Milagros García.
Quien me causó una magnífica impresión cuando decidí
entrevistarla. De lo cual hace ya la tira de tiempo. La
señora abogada se habrá dado cuenta de que en política las
críticas son respondidas con la misma rapidez con que
Billy “el Niño” solía desembarazarse de sus enemigos. La
atractiva aspirante a ser senadora, es decir, la mujer
socialista, ha salido en tromba a defender la Ley de
Igualdad. La verdad es que la mujer nacida en Colombia se lo
había puesto fácil. A quién se le ocurre arremeter contra
una regla de la que ella, es decir, Luz Elena, ha salido
beneficiada. Porque de no ser así, mucho me temo que en el
PP de Ceuta hubieran seguido sin incluir a una fémina en las
listas de unas elecciones generales donde parten como
ganadores. Tampoco se ha mordido la lengua Milagros García
en lo tocante a esa especie de contrato que el PP quiere
hacer firmar a los inmigrantes si acaso Mariano Rajoy
es investido presidente. De modo que le ha preguntado a su
rival “si tuvo que firmar algún contrato, en su día, para
hacer suyas las costumbres españolas”. Esta socialista no
tira, precisamente, con balas de fogueo. Se le nota que
lleva ya mucho tiempo en el partido y muchas horas de
discusiones en la sede de la calle de Daoíz. Y, por tanto,
que está muy preparada para pasarse muy cerca de la cintura
a quienes traten de contarle el cuento del alfajor. Cuidado
con ella, señora letrada…
Jueves. 14
Los promotores de la plataforma contra el traslado del
Mercado de Abastos a la Manzana del Revellín, al frente de
su clérigo sin iglesia, Juan Luís Aróstegui,
decidieron darle un corte al presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, negándose a entrar en su despacho donde les
esperaba, y quedándose en el pasillo próximo a la antesala
de la oficina presidencial. Un numerito montado por el
secretario general de Comisiones Obreras. La mejor manera de
hacer lo que mejor sabe: poner el mingo. Y todo porque se
sentía burlado por no haber sido atendido antes de hacerse
oficial que el mercado se hará en la Manzana. De modo que su
orgullo quedó hecho trizas. El iluminado, el clérigo sin
iglesia, ha perdido el norte: se parapeta en sus esquemas y
no pierde ocasión de denunciar la índole perversa del
presidente de la Ciudad y de cuantos lo rodean. Y se lamenta
de que es la primera decisión que toma Vivas sin escuchar
previamente a los ciudadanos, lo que se ha tomado como
“desprecio a los ceutíes” y lo califica como un hecho sin
precedentes en su gobierno. Y el presidente de la Ciudad,
siempre tan moderado –una virtud muy aristotélica-, ha
reiterado sus respetos por quienes no comparten esa decisión
y lamenta no haber podido explicarles en persona a los
representantes de la plataforma las razones que han
condicionado el traslado. Y aquí paz y después gloria. Ya
era hora de que Juan Vivas hiciera uso de la vara de castigo
para ahormar la cabeza de quien está convencido de que es un
animal político con cuajo suficiente para dejar al Gobierno
local con la femoral destrozada. A ver si aprende. Aunque
mucho me temo que el iluminado, clérigo sin iglesia,
necesitará más de una vara…
Viernes. 15
Dicen que los sindicatos están de capa caída. Y que pierden
protagonismo a paso de legionario. Es verdad que esta
cantinela la vengo oyendo desde hace ya mucho tiempo. Y a lo
mejor por eso, digo yo, los sindicatos se han dado cuenta de
que no son nadie si no aparecen todos los días en los medios
de comunicación. Comisiones Obreras ha sido siempre una
adelantada a la hora de figurar en los medios, gracias a que
su secretario general actúa como un papagayo. Aunque, desde
hace cierto tiempo, está siendo imitado por el de la UGT. A
mí, y no sabría por qué decirlo, siempre me ha tirado más la
segunda. Y, desde luego, ya he dicho varias veces que
Pepe Mata me cae la mar de bien. Cuestión de simpatía
mutua. Y tal vez sea por ello que he seguido con sumo
interés la polémica que ha venido manteniendo el ugetista, y
lo que te rondaré, morena, con su adversario comisionista,
Gonzalo Barredo, por ver quién preside la Junta de
Personal de la Ciudad, a pesar de que PM fue el más votado.
Todo ello le sucede a Mata por fiarse Antonio Gil de
las promesas de Aróstegui. Y hablando de sindicatos,
¿cómo es posible que el presidente del consejo de
Administración de la Radio Televisión Ceuta sea capaz de
tragarse el sapo que le ha servido en bandeja, una vez más,
el director gerente de ese medio público? “Si ganas el
juicio, te despido”. Es, según la UGT, la frase con que ha
amenazado el baranda a un empleado de la televisión. Y,
claro, el sindicato aboga por el despido de alguien que se
arroga toda clase de facultades en el desempeño de sus
funciones. Sin embargo, me da a mí en las pituitarias que el
presidente del Consejo de Administración, por más que el
sindicato lo agobie, evitará por todos los medios
enfrentarse al gerente. Cierto es que no debemos pedirles
peras al olmo.
Sábado. 16
No me gusta hablar de mis goteras, pero llevo dos días con
una tendinitis en la mano izquierda cuyo dolor es
indescriptible. Deseando estoy de que llegue el lunes para
ir a la caza y captura del traumatólogo con el único deseo
de que me infiltre. Aun así, es decir sin poder mover la
mano, decido acudir a la tertulia de los sábados en el
Restaurante La Pérgola. Y sale a relucir, dado que esta
tarde juega el Madrid frente al Betis, lo ocurrido la semana
pasada en el partido de los madridistas contra el
Valladolid. Y a mí se me ocurre decir que yo hubiera
detenido al entrenador vallisoletano nada más acabar el
partido. Y le hubiera hecho un juicio rápido. Luego, debido
a la buena temporada que viene realizando su equipo, hubiera
sobreseído el caso. Es la metáfora que empleo para criticar
la empanada que tuvo ese día el tal Mendilibar.
Durante media hora, perdida la zona vital del medio terreno
por parte del conjunto local, los visitantes pudieron
adelantarse en el marcador. Pero no lo hicieron. Y, además,
comenzaron a dejar brechas a diestra y siniestra. Y aún más:
hubo jugadores que atacaban sin luego regresar a sus
posiciones con la celeridad requerida. Lo cual fue
aprovechado por el Madrid para vapulear a los del Pisuerga.
Del defecto, claro está, hizo el Madrid virtud. O sea que el
contraataque de los blancos surgió por necesidad y nunca por
ser una táctica preconcebida. La goleada sirvió para
encumbrar a Guti. Cuya presencia como titular le
concede siempre media hora de dominio a sus rivales. De ello
habrá de aprovecharse el Betis si quiere ganar.
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