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OPINIÓN - VIERNES, 15 DE FEBRERO DE 2008

 

OPINIÓN / SNIPER

Vivas, Imbroda: ¡prohibid el “burka” en las calles!
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

La desafortunada formulación, que no la idea, del gallego Rajoy sobre el uso del respetable “hiyab” en las escuelas (don Mariano se abstuvo de comentar la profusión de otros símbolos religiosos) ha abierto la caja de los truenos, despertando bajos instintos pasionales y utilizándose como vulgar moneda de cambio en el esquizofrénico debate con el que la mendaz y marrullera clase política está acosando a la inerme ciudadanía. Veamos: la sociedad musulmana en España, con ciertos valores morales (familia, sexo…) muy parecidos a los cristianos se alía tácticamente con la descreída izquierda, planteamiento que ideológicamente no cuela aunque sí es entendible desde el oportunismo político. ¡El mundo al revés!. Desde esta pequeña columna, más reducida aun que los 2,5 metros de eslora de la moto de agua con la que Álvaro de Marichalar atravesó el Atlántico, vengo manteniendo contra viento y marea la imperiosa necesidad de alejar el debate religioso y político de las aulas, mal que a unos y otros (Iglesia y mundo musulmán) les moleste. Repase el lector la columna al respecto: “¡Fuera burkas y nikab de la calle”! Centrándonos en el mundo de la enseñanza nuestros escolares andan faltos, ciertamente, de una solvente “Historia de las Religiones” que les presente, lo más objetivamente posible, las “creencias” del otro, pero el adoctrinamiento y la catequización (el derecho a la enseñanza religiosa está en la Constitución, yo eso no lo discuto) debe dejarse a criterio de cada familia, que puede perfectamente inscribir a sus retoños en la iglesia, mezquita o sinagoga que le parezca oportuno. Faltaría más.

Abogo pues por la retirada de la simbología religiosa en las aulas (empezando por el crucifijo en centros públicos, somos una sociedad confesional), cerrando el paso al uso del “hiyab” o velo islámico. Una prudente alternativa, con criterio progresista y más al alcance de las vapuleadas economías familiares, sería la vuelta al uso del uniforme escolar: bueno, bonito y barato. Por otro lado y ya en las calles debe procederse a prohibir el uso de “burkas” o prendas afines como el “nikab” (no escribo, lector, del “hiyab”), que esconden los rasgos faciales. ¿Motivos?. Pues la seguridad sin ir más lejos. Un terrorista suicida puede, perfectamente, camuflar su rostro y apariencia tras un burka o un nikab. ¡Ya ha sucedido!. ¿Cómo sabemos pues quien se “esconde” bajo esas prendas que, por lo demás y lo digo con firmeza, no contempla la ortodoxia del Islam?. ¿A quiénes pretenden engañar y manipular algunos?. Islamistas recalcitrantes como el “tabligh” Laarbi Maateis ya han enseñado el plumero, igual que al dirigente de UDCE Alí Lemague, en imparable cuesta abajo de su carrera política y quien en sus últimas y demagógicas declaraciones al respecto (“No había un problema y ahora sí lo hay”) no hace sino emular las erróneas y lamentables declaraciones del Presidente Vivas durante las pasadas elecciones municipales, en las que sin atreverse una vez más a coger el toro por los cuernos volvió a marear la perdiz afirmando aquello de “el velo no es un problema”. Pues sí Presidente, en las aulas al menos lo es. Y en las calles ya pueden usted y su tocayo melillense, Imbroda, ir prohibiendo el uso de momento del “burka”. Su deber es proteger a la ciudadanía.
 

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