Rodando Mogambo, uno de los grupos insignes de lo que se dio
en llamar desde Madrid ‘La ofensiva norteafricana’ en medio
de la Movida de los años 80, vuelven hoy a subirse en un
escenario después de 20 años desde que decidieran su
separación. Una noche para los nostálgicos y para que las
nuevas generaciones conozcan un trozo de la historia musical
de Ceuta, pero su cantante Luis ‘Jordi’ Guerrero advierte:
“Cada grupo tiene su momento”.
“La gente es muy dada a poner motes”, me comenta Luis
Guerrero, cantante de Rodando Mogambo, para explicarme que
todo el mundo le llama Jordi simplemente porque se fue a
trabajar a Barcelona.
¿Por qué vuelven Rodando Mogambo? “Por una cabezonería de
Manolo”, uno de los promotores de la Sala Café Club, donde
el grupo ceutí actúa esta noche tras veinte años de ruptura.
“Nos convenció a todos para que volviésemos a tocar en un
escenario”, añade Luis, digo Jordi, si bien, advierte que no
esperan una repercusión como la que ha habido: “Pensábamos
tocar para unos cuantos amigos, pero ya ves...”.
No obstante, Guerrero señala que les llevaba “mucho tiempo
rondándoles por la cabeza la idea de un regreso, pero para
pasar el rato; y aprovechamos esta propuesta de la Sala Café
Club”.
“Lo hacemos, más que nada”, añade, “para divertirnos y para
recordar viejos tiempos”.
“Ya no podemos ensayar todos los días, porque tenemos
familias, por lo que es diferente”, explica, “pero llevamos
unos meses preparándonos y a ver qué sale mañana”.
Durante todos estos años, “sólamente Jose, el batería, ha
seguido tocando con otros grupos, pero los demás no:
Fernando ha seguido ensayando en su casa, pero tanto Luis
como yo nunca habíamos vuelto a hacer nada”.
De hecho, “luis lleva veinte años sin coger un bajo y yo
otros tanto sin cantar, por lo que ha sido empezar de cero
de nuevo”.
Es un regreso sin pretensiones. Aunque estuvieron a punto de
grabar un disco que finalmente se fue al garete por su
inmadurez, como el propio vocalista reconoce, no quieren
retomar la historia donde la dejaron. A diferencia de otros
grupos que se han apuntado a la moda de volver a los
escenarios, Rodando Mogambo no se plantea registrar un
álbum: “Sólo queremos pasar un buen rato con los conocidos y
todos aquellos que quieran venir a vernos, no tenemos ningún
pensamiento de volver a sacar maquetas, mandarlas y buscar
un disco. Sólo queremos divertirnos”.
Guerrero sabe que “cada grupo tiene su momento” o que “las
segundas partes nunca fueron buenas”. El cantante opina que
“hay que dejar paso a las nuevas hornadas, a la gente joven,
que no tienen tantas oportunidades y que hay que dárselas”.
“A veces es mejor quedarse ahí”, concluye, “porque en muchas
ocasiones la cosa no sale bien y la gente tiende a quedarse
con lo último más que con lo que hubo durante sus años
buenos”.
“Estamos sorprendidos con toda la expectación que se ha
creado”, dice con cara de alucine, “uno de los componentes
del grupo decía ayer que si esto hubiera pasado en los 80
seríamos famosísimos”.
“No es que estemos asustados”, corrige el cantante de
Rodando Mogambo, “sino con mucha responsabilidad para que
mañana –por hoy– salga todo lo mejor posible”, pero reconoce
que va a ser “difícil, porque son muchos años sin tocar y
sin subirnos a un escenario”.
A este respecto, Guerrero comenta que en los ensayos
“estamos sonando bien”, pero “se nota el no haber hecho nada
durante todos estos años, pero no estamos a disgusto de cómo
estamos sonando y esperemos que cuando subamos al escenario
los nervios no nos jueguen una mala pasada”.
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“Firmamos para grabar un disco, pero aquello fue un
desmadre”
“Nosotros logramos firmar para
grabar un disco con la casa Dro, pero la cosa no salió bien
porque éramos muy jóvenes, no teníamos ni idea de nada,
fuimos sin ensayar y en lugar de ir cinco fuimos
tropecientosmil”, comenta Luis Jordi Guerrero. Esa respuesta
me suena a que se corrieron un juergón; y así me lo confirma
poco después: “Aquello fue un desmadre y la casa no se fió
de nosotros”. Fue el principio del fin de Rodando Mogambo.
“Como cada uno estudiábamos en un sitio diferente y no
podíamos seguir el ritmo de los ensayos decidimos dejarlo”,
explica. “Nos arrepentimos de no haber preparado el disco
durante dos meses, pero no de la decisión de separarnos,
porque era una cosa que se veía venir, porque no podíamos
compaginarlo todo y para tener un grupo hay que ensayar por
lo menos tres o cuatro veces por semana”, indica el
vocalista de Rodando Mogambo.
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