La Consejería de Medio Ambiente anuncia que en un “máximo de
dos meses” empezará a funcionar el primer punto limpio de
Ceuta. La gestión de este proyecto se hará a cargo de una
empresa privada, que la Ciudad Autónoma subcontratará, “para
agilizar su puesta en marcha”, por concurso.
Con el objetivo de paliar la problemática medioambiental en
Ceuta, la Consejería competente se comprometió a instalar un
‘punto limpio’ de fácil acceso a la ciudadanía a finales del
pasado mes de octubre.
Tres meses después, la Ciudad Autónoma anuncia que el primer
‘punto limpio’ de Ceuta entrará en funcionamiento en un
“plazo máximo” de dos meses.
Con la intención de agilizar el funcionamiento de este
servicio medioambiental la Administración ha decidido
subcontratarlo a una empresa privada. Según la Consejera de
Medio Ambiente, Yolanda Bel, la Ciudad Autónoma abrirá un
concurso para adjudicar a entidades con la infraestructura
necesaria y los recursos humanos y materiales suficientes un
contrato y así agilizar la puesta en marcha del proyecto.
Después del estucio técnico que se realizó para la
implementación del ‘punto limpio’, los especialistas
recomendaron a la Administración que la ciudad cuente con
una “triangulación”, de forma que la primera actuacón se
ubicará en la zona del hospital o la antigua fábrica de
harina.
Yolanda Bel ha señalado que comenzarán colocando un punto
limpio fijo pero con la intención de incluir en el contrato,
que se firme con la empresa que gestione este servicio, la
posibilidad de que exista uno móvil y que, posteriormente,
estudiarán nuevas localizaciones que asumirán en “sucesivas
anualidades.
La consejera de Medio Ambiente también señaló que la
barriada de la Almadraba se descarta como ubicación para
estas instalaciones, pese a que haya sido una opción
planteada por la Ciudad hace unos meses.
Los presupuestos generales de 2008 contemplan una partida de
40.183 euros en concepto de puntos limpios y convenios de
transportes de residuos.
En los ‘puntos limpios’ se recogen de forma gratuita los
residuos domésticos que, por su gran volúmen o peligrosidad,
no deben arrojarse a la bolsa de basura ni depositarse en
los contenedores.
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