Hace bastantes meses, que por un motivo u otro no me siento
ante mi mesa de trabajo para expresar mi modesta opinión de
lo que observo semana tras semana en la decadencia del
deporte caballa, en eso que algunos intentan llamar fútbol
en esta Ciudad, y que además tienen la delicadeza gratuita
de glorificarse de ello y de sacar pecho.
Pues bien, como persona entendida en esta materia y
entendiendo que algunos lo duden a estas alturas, me parece
bien, aunque también pienso que les puede doler, ya que a
ellos nunca les alcanzara este entendimiento por su cinismo
y por su falta de humildad a la hora de estructurar,
organizar y planificar lo que debe ser el fútbol en esta
ciudad, sabiendo que no tienen el conocimiento y la
disposición necesaria para hacerlo más grande y competitivo
en todas las categorías, y es por ello, que cada día me
siento al otro lado del camino dónde ellos me colocaron,
observando como se hunde el deporte rey en esta Ciudad .
Este artículo no estaría bien estructurado sino empiezo por
mencionar a la pirámide de este deporte en la ciudad como
equipo representativo de la misma, que semana tras semana,
nos deja un Alfonso Murube cada vez más desolado por la
falta de público, falto de ilusiones y de alegrías, llegando
al extremo de regalar las entradas para que el aficionado
acuda.
Continuando con la pirámide nos encontramos, o bien, no nos
encontramos con ninguna categoría en tercera división, ya
que alguien de esos que piensan y con el beneplácito del ICD
pensó que era verdad, que porqué se iban a gastar dinero en
esta categoría, que ya el primer equipo se llevaba una buena
tajada, en fin, por uno y otros la juventud se quedó sin
salida al exterior y a todos los “amigos” les pareció
perfecto.
La regional de esta Ciudad es para enmarcarla en un cuadro,
dónde podemos destacar equipos que se presentan a jugar con
siete u ocho jugadores hasta la falta de calidad en esta
categoría y por supuesto la falta de jugadores jóvenes
provenientes de juveniles por miedo a la misma.
De los equipos juveniles en categoría nacional aparte del
gasto que le hacen a esta ciudad cada año, y de como lo
tienen organizado sus jefes, es mejor dejarlo para contarlo
con más detalle para otra ocasión, pero da miedo la
situación.
Y que decir de la base del fútbol caballa, ahora en manos de
una gran mayoría de padres que juntos a sus hijos hacen
posible que sobreviva. El dúo padre-hijo es inseparable
semana tras semana, observando cada semana en los campos, a
equipos que se pelean a golpes entre ellos , jugadores que
intentan agredir a los árbitros, personajes que realizan las
funciones de entrenadores sin ninguna preparación o solo
aparecen para traer las fichas o bien para dar cubrir el
expediente, porque aunque los clubes no lo quieran reconocer
en esta Ciudad “ no quieren tener entrenadores” y se lo
están permitiendo, aunque pongan en peligro la existencia de
este deporte junto con una serie de observaciones y detalles
que iré analizando en posteriores artículos, y de las cuales
aquellos que tienen la varita de mando en materia de esta
modalidad, gracias al compadreo y al “si buana”, hagan ojos
ciegos como si nada ocurriera, vaya alguien a incomodarse y
les prohíba el sillón.
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