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OPINIÓN - JUEVES, 14 DE FEBRERO DE 2008

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Toda una mujer
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Me refiero a María San Gil, una de esas damas que desde hace años se ha dedicado a la política y que ha demostrado ya, en muchas ocasiones que, sabe donde está, sabe lo que quiere y no tiene miedo a nadie, si siquiera cuando unos hijos de perra tratan, o han tratado de hacerle la vida imposible.

Por no tener miedo, no se lo tuvo ni a esa terrible enfermedad que es el cáncer, y que durante unos meses la tuvo apartada de su actividad. Pero ella se sobrepuso y ahí está, dejándose ver, dando la cara donde la tiene que dar y sin temor alguno a los canallas que la estaban insultando e incluso pedían que la dieran un tiro. Malditos hijos de perra. El último conflicto que tuvo que soportar María San Gil fue en la Universidad de Santiago de Compostela, donde un grupo del nacionalismo radical la insultó, llegó a agredirla y pidió, entre los gritos de fascista, que se la diera un tiro y se la matara. Algo que hoy ya no tiene nombre.

Como estudiante que he sido en dos grandes universidades de España, Salamanca y Complutense de Madrid, creo que el pasado martes se ha ultrajado fuertemente a la Universidad Española, y en concreto a una de esas universidades clásicas, que tanto prestigio tiene en España y fuera de nuestras fronteras, la Universidad de Santiago de Compostela.

Y se ha ultrajado a esta universidad cuando María San Gil, invitada, iba a dar una conferencia, que sólo pudo dar “a medias” y entre el vocerío y los insultos de los salvajes radicales, que utilizaron un término desde luego muy distante de lo que es María San Gil.

Este grupo que ultrajó a un centro de los de más prestigio de la enseñanza en España, vociferando el término fascista, se ha quedado corto en lo que a todos sus componentes atañe, puesto que lo menos que podemos ver en este tipo de grupúsculos es un simulacro del leninismo que quiere reivindicar, como sea, las acciones que su líder llevó a cabo en otros momentos.

Guardaespaldas, seguridad y demás tuvieron que proteger y soportar la barbarie de estos desalmados, que tan valientes ellos, quisieron utilizar la fuerza bruta, y la utilizaron ante una mujer que iba a dar una conferencia en una Universidad.

A lo largo de los años estamos viendo de qué forma se dirigen a las actividades de los nacionalistas radicales las distintas fuerzas políticas de nuestro país.

Creo que se está yendo de las manos, cuando se mima o se suaviza la actuación de ciertos personajes, totalmente al margen de la ley. Y sería un error que por un puñado de votos, que no van a dar, sea el partido que sea, se muestre benevolente con esta gentuza que, por la fuerza bruta quiere “acojonar” a quienes guardan y pretenden mantener el orden en el país.

La razón de la fuerza ha pasado ya, pero habría que utilizarla contra estos, si es que la fuerza de la razón y de las leyes no sirve para que actúen en el campo de la ley.

María San Gil ha tenido tiene que pechar siempre con los inconsecuentes. No está siendo justa la política con ella. Desde aquí, a muchos kilómetros le prestamos nuestro apoyo más firme y nuestro respeto sincero, porque esta mujer ha demostrado y seguirá demostrando que no se deja amilanar por los desalmados que irrumpen en el terreno de la legalidad sin guardar composturas, corrección, ni mucho menos la ley. Ante los salvajes la respuesta debiera ser la indiferencia.
 

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