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OPINIÓN - jueves, 14 DE FEBRERO DE 2008

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Reducir el fracaso escolar es prioritario

La sociedad ceutí del futuro se encuentra en estos momentos en las aulas de nuestros múltiples centros escolares formándose tanto en valores como culturalmente. Teniendo en cuenta que la tasa de alumnos es en Ceuta ciertamente elevada y porcentualmente es, incluso, superior a la media nacional. Bien se haría en establecer medidas serias y preventivas de cara a la sociedad que tendremos en sólo quince o veinte años. El fracaso escolar en Ceuta cuenta con niveles siderales respecto de la media nacional. Sencillamente porque las cosas no se están haciendo bien. Mohamed Alí, que tiene unas épocas políticamente más lúcidas que otras [en estos momentos atraviesa un bache] solicita a la Ciudad Autónoma y, en concreto a Mabel Deu que aporte respuestas al fracaso escolar. [Aquí queridos lectores hay hacer especial mención a que las competencias en Educación -desgraciadamente para la Ciudad Autónoma- las tiene el Gobierno de la Nación]. Se habrá debido de equivocar el bueno de Ali. Una cosa es que la Consejería de Educación quiera hacer su estudio particular del porqué en la ciudad hay tanto fracaso escolar, y otra bien distinta es que el gobierno autónomo disponga de competencias para establecer o diseñar un curriculo apropiado a las especiales cirunstancias de Ceuta en la que una buena parte de la población escolar cuenta con tantísimas dificultades de expresarse en la lengua de su país, o sea, el castellano; contemplado precisamente en la Constitución. Que Alí se muestre ahora interesado en ser más duro en su oposición, es cuestión propia de estrategia de partido en el ejercicio de su libertad a la hora de marcar el ‘tempo’ que desee respecto de las relaciones con el gobierno. Pero lo menos que se puede solicitar es que no mezcle, a su interés, competencias por el mero hecho de confundir. La rigurosidad en un político como él, que es potencialmente un buen valor, no le debería hacer caer en el recurso fácil de la crítica incoherente, porque debería ser un ejemplo por lo contrario. Lo peor de todo es que él sabe cómo hacerlo, pero a veces se deja llevar.
 

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