Ultimamente, están pasando muchas cosas en torno a la
Manzana del Rebellín, y entre otras, el boicot que se esta
realizando al Consejo Económico y Social, por parte de
aquellos que se oponen a cualquier cosa que vaya contra sus
intereses. Y no es una cosa sin importancia, sino peligrosa,
cuando alguien se decide a bloquear o dilatar decisiones
importantes para todos los ciudadanos. Máxime, cuando estas
afectan a toda la ciudad. Porque esto es lo que ha pasado en
el día 11 de febrero de este año, 2008: “El Consejo
Económico y Social (C.E.S.), no ha podido celebrar una
reunión de urgencia debido a la negativa de un sindicato a
reunirse”. Y esta es la primera vez desde la fundación del
CES que ocurre un hecho de esta índole. Así la parte
interesada en sus tergiversadas reivindicaciones sobre la
Manzana, se opone al todo y lo ralentiza por intereses
partidistas. ¡No les interesaba una reunión, que tratase
sobre cosas tan necesarias para nuestra ciudad! Como
siempre, es solo su voluntad la que pretenden imponer a los
demás. ¡Cueste lo que cueste y al precio que sea!.
Y solo por esa única razón. Por la decisión de ¡UNO SOLO!,
no se ha podido dar solución a las cosas que verdaderamente
nos importan a los ciudadanos. Porque, los demás, los
ceutíes que queremos a nuestra ciudad, no podemos ir más
allá de nuestras fuerzas y deseos, ya que estos, amparándose
en las normas, las utilizan al arbitrio de sus caprichos. ¡Y
esto, debe ser considerarlo como un verdadero fraude de ley!
Porque lo que se ha buscado es simplemente, retrasar las
decisiones necesarias para los ciudadanos.
Pero esto, por desgracia, es lo que ha sucedido y nada se
puede hacer. Por culpa de una parte interesada ¡Ceuta pierde
de nuevo una oportunidad de progreso!. Y a los ciudadanos,
no nos queda más que sufrir, otra vez, la bota del capricho
ajeno que nos pisa con saña, cada vez que no nos allanamos a
sus deseos. Porque de nada valen estas actividades que solo
buscan aplazar algo tan apremiante.
Y la utilización de las normas jamás podrá justificar el
absurdo de una ambición. ¡De nuevo con triquiñuelas legales
nos están engañando! Y lo tremendo, es, que aun sabiéndolo,
debemos soportarlos. Con estas artimañas, los ceutíes,
estamos indefensos ante ellos. ¡Esa es la terrible realidad!
De nuevo, alguien se encarga de salir en los periódicos,
dándose pábulo y buscando intereses propagandísticos. Hace
profesión de no dar palabras salvo que sirva a sus negocios
y le plazca a sus intereses.
Por eso varia sus palabras aquí y allá intentando doblegar
las conciencias, y así a unos habla de una manera y otros de
otra, ocupado en cualquier tema que le satisfaga para sus
propósitos, se lanza desbocado aquí y allá por el campo
difuso de la divagación, dejándonos indefensos ante sus
tropelías.
Y no es la primera vez ¿O alguien no recuerda la primera
gran superficie que se intento implantar en nuestra ciudad y
que tantos puestos de trabajo ofrecía? Porque la historia
esta ahí, para recordarla. Y con la Manzana del Rebellín,
estamos enfrentándonos a otra maniobra igual.
El tiempo nos permitirá de nuevo contemplar la inercia de lo
que intentan y observar de nuevo la vergüenza de quienes
utilizan estas malas artes en sus propósitos. Pero ahora,
todo es perdida de intereses honestos, mediante, como antes
se ha mencionado, maniobras de confusión tan eficazmente
utilizadas por este grupo. Será necesario, que venga nuestro
rey para que le diga de una vez ¿Por qué no te callas? O no
será necesario, y seremos nosotros suficientemente sensatos
de decírselo antes. Porque ¡ya esta bien de juegos
hipócritas y peligrosos para los intereses de Ceuta y de sus
ciudadanos!.
La Manzana del Rebellín es algo muy importante para Ceuta.
Por ello, no se la puede convertir en una especie de maldad
o de intereses ocultos, como se esta intentando que parezca.
Por otra parte, no hay personas que menos deban hablar de la
memoria de la Manzana que ellos mismos. ¿O es que tienen una
memoria monstruosamente insuficiente y no recuerdan nada más
que lo que les interesa? Si esto es así, como lo es,
carecen, tergiversadamente de memoria y de entendimiento
cuando defienden sus absurdas proposiciones.
Por ello, incapaces de sumarse al futuro de la ciudad: “Solo
destruir, nunca construir” es su única intención. Incierto
futuro de Ceuta, es lo que nos ofrecen con sus tretas. Pero
conociendo su historia y hechos, lo que más sorprende es que
todavía ¿Cómo algunos pueden caer en sus trampas?
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