Todo el día con la duda en mente:
cojo el barco, si o no. Las noticias sobre el posible
temporal no son tranquilizadoras y cada minuto que pasa me
fastidia mis planes de pasar un fin de semana fuera de la
ciudad.
Como soy nuevo en estas lides tras mi larguísima ausencia,
quisiera que alguien me aclare cómo es que en nuestra tierra
se celebra el Carnaval a destiempo y en plena Cuaresma.
Tenía entendido que la Cuaresma, que data del siglo IV,
simboliza el retiro de Jesús en el desierto durante cuarenta
días o el de Moisés durante cuarenta años y que a lo largo
de ese tiempo los católicos somos llamados a diversos actos
de penitencia y reflexión. Ignoraba que el Carnaval
conllevara actos de fe en contraposición de lo que es en
realidad.
Por lo visto, aquí conservamos la sardina congelada para
enterrarla más tarde.
Bueno, entrando de lleno en el tema del día, o de todo el
año, que simboliza la lucha contra los atentados al medio
ambiente, ya vamos viendo los ciudadanos qué significa
Mariano Rajoy en nuestra política: un camaleón que cambia de
color con total sangre fría y con unos huevos mas duros que
el hormigón armado.
El hombre que trató de liarnos con el cambio climático,
ironizando sobre su importancia, viene ahora con el cuento
chino de plantar árboles si ganan las próximas elecciones…
no árboles porque sí, sino la friolera de más de 340.000
árboles al día durante los próximos cuatro años.
Al primo de Rajoy, catedrático sevillano él, le está dando
una somanta sin sonrojarse al tratar de dejar atrás la
polémica que levantó con que el cambio climático no era un
problema mundial… que se lo vuelva a explicar a los
americanos y que los tornados no son consecuencia de eso.
Los islamistas dicen que es la mano de Alá la que crea los
tornados.
Con ésta salida trata de camuflar la pifia que cometió el
pasado mes de octubre… y van cuatropecientas pifias.
Demasiadas para quién tiene la pretensión de gobernarnos y
que ya no ofrece garantías de decir la verdadera intención
que tiene.
De ponerse en contra de los defensores de la tesis sobre el
cambio climático a tratar de encabezar las ofertas
electorales que beneficie el capítulo del medioambiente no
hay más trecho que la imbecilidad de la increíble oferta. Se
supone que con ello dejará vacías las listas de desempleados
y encima, como expulsará a los inmigrantes sin papeles,
tendrá carencia de mano de obra. Un plan de empleo a huevo.
A huevo duro por mas señas.
Los anuncios medioambientales de Mariano Rajoy durante la
convención del Partido Popular Europeo (PPE) harían sonrojar
a mi amigo, el presidente de Septem Nostra, si no fuera
porque éste es un experto en catar mentiras políticas y esa
promesa del líder pepero sobre que aprobará una ley integral
de lucha contra el cambio climático y la reducción de las
emisiones de gases con efecto invernadero no es más que la
transformación de esos gases en lacrimógenos… por las risas
que desata este cambio rotundo de las propuestas y
contrapropuestas peperas.
Ahora resulta que para el PP ser ecologista es rentable…
veremos como tratarán nuestras autoridades locales a los
miembros de las asociaciones ecologistas, sobre todo a
Septem Nostra, porque rentable, rentable si lo es para ellos
si consiguen convencer a los ecologistas de que van por la
verdadera senda y recopilan votos.
Le pido al sr. Rajoy que no meta más cizaña en la política
ecológica del país, que deje trabajar a quienes de verdad
luchan contra el cambio climático y así no quitarles los
motivos, loables motivos, que tienen para mantener viva la
llama de la esperanza humana sobre un mundo mejor; pero al
mismo tiempo le pediría que no deje de sacarse de la manga
increíbles propuestas que nos hacen reír sobremanera y nos
ofrecen más motivos para no votarle. El juego no ha acabado
aún y las sornas están a la orden del día, más aún que
prolongamos el Carnaval casado con la Cuaresma.
Todavía me dura la risa.
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