En todas las actividades, desde la
toma de posesión, hay un período de tiempo, un poco TABÚ de
confianza hacia el que acaba de llegar. Esto sucede en los
gobiernos, en los ayuntamientos, en los entrenadores de los
equipos de fútbol (estos a veces no tanto) y nosotros se los
habíamos concedido, para ver como iban las cosas, al
director del Hotel Parador La Muralla, Pedro Fernández.
Cuando escasamente llevaba 15 días aquí, yo le dediqué esta
columna, que hubo a quien, fuera de aquí, no gustó
demasiado, y en aquella columna yo decía y me reafirmo en
los dicho, que había sido una auténtica suerte para el
Parador que, desde las altas esferas de la empresa, hubieran
mandado a un profesional como este a Ceuta.
Lo de la auténtica suerte tengo que repetirlo ahora más que
nunca, cuando veo que otras entidades hoteleras, también,
intentan remozar sus hoteles, en esa carrera, todavía
lejana, pero que se hará realidad para que Ceuta sea un
punto turístico de primer orden.
Para que esto pueda ser así en el futuro, lo primero que
tiene que haber es una serie de hoteles de categoría, a tono
con el momento que estamos viviendo, y en esa categoría,
aunque estuvieran las 4 estrellas en sus puertas y en su
publicidad, no estaba el Hotel Parador La Muralla.
Y esto, se enfade quien se enfade, lo sabemos quienes
llevamos viviendo en dicho hotel 14 años y cada final de
mes, como está mandado, pagamos nuestra factura.
Debo repetir, pagamos la factura convenida el día que
llegamos a esta casa, sin demora en ninguno de los meses y
ya han transcurrido muchos.
Pero a lo que íbamos. El Hotel Parador La Muralla se iba
quedando, se había quedado, cada vez más anticuado y las
reformas necesarias del día a día, no se hacían, esperando
la “gran obra” que alguien se encargó de propalar, a todos
los aires.
Esa gran obra, si llega, ya veremos lo que es, pero si en
una casa, y un hotel es la casa de muchos, las cosas viejas
no se reparan, al final, no tienes ni eso viejo, al final no
tienes nada.
Y aquí, además de en otras cosas es donde el actual director
ha entrado de lleno, en procurar que esos desperfectos, que
parecen mínimos, dejen de ser tales desperfectos y se
arreglen.
Por aquí empezó el lavado de cara y, a continuación, ha
seguido por los distintos pisos, sin una gran obra, pero
dando una nueva imagen, que terminará con la renovación,
está en ello, de los ascensores. Esto posiblemente ya
estuviera programado desde antes de llegar él, pero es ahora
cuando se están renovando.
¿Qué más se puede hacer? Se podrán hacer muchas cosas, pero
ya se han hecho otras que estaban ahí, sin más.
Y como una casa como esta no puede funcionar, si por detrás
del que dirige los demás no colaboran, aquí también está más
que claro que el servicio es competente, es y era, porque
siendo los mismos ahora funcionan muy bien, con gran interés
e ilusión, con lo que todos salimos ganando.
Un centro que es y debe ser el estandarte para la atracción
del turismo a Ceuta, no podía estar perdiendo categoría,
cada semana, por lo que en estos 100 días todos los que
componen el equipo de trabajo han hecho lo posible y lo
imposible para que las señas de identidad de la red de
Paradores estén identificadas con lo que es la calidad.
Pedro Fernández ha tenido buena culpa de que esto funcione
ahora.
|