“Las obras de construcción del nuevo hospital se retrasarán,
al menos, tres meses”. Estas han sido las declaraciones del
director del Ingesa, Jesús Lopera, en relación con el centro
hospitalario de Loma Colmenar, proyectado en terrenos de
Príncipe Alfonso.
El plazo para el final de las obras estaba prevista para
finales del pasado mes de enero pero, aunque “están muy
avanzadas” según aseveró Lopera, la empresa adjudicataria
para las obras de este hospital “solicitó una ampliación del
plazo para finalizarlas”.
Así lo comunicó el director de la institución sanitaria
durante la visita oficial que realizó al dispensario de
Benzú, que comenzó a operar el pasado uno de febrero, en
compañía del delegado de Gobierno, Jenaro García-Arreciado.
Lopera justificó el retraso en la conclusión de los trabajos
de construcción de las instalaciones médicas: “hay muchos
motivos. Se trata de una edificación de envergadura -se
refirió al nuevo hospital en Loma Colmenar- y, por lo tanto,
necesita de grandes medios y tiempo para proyectarse”.
Admitió que, además, la Ciudad tuvo “dificultades” para
“traer de la Península” mano de obra cualificada para este
fin, al igual que “cierto tipo de maquinaria pesada”, causas
que dieron lugar al alargamiento de los plazos.
Aún así, el director del Ingesa suavizó los ánimos porque
“aunque hay una aumento en el tiempo de edificación, no
habrá un incremento del coste”, puesto que la empresa
constructora corre con estos gastos adicionales.
Jesús Lopera comentó que “ya hay varios sectores
terminados”, como el edificio administrativo, el área de
hospitalización, el departamento de consultas externas y el
perímetro exterior” del centro hospitalario.
Apertura del hospital
A pesar de este retraso, el director del Ingesa comentó
durante en la mañana de ayer que “gran parte de los
equipamientos están ya finalizados” y que el Ingesa continúa
con el proceso de adquisición del resto de equipamiento.
Así, Lopera espera que las consultas “puedan estar abiertas
para mayo, y el resto de instalaciones antes del verano”.
El retraso no supone un costa mayor para las arcas públicas,
puesto que éste es “imputable” a la propia empresa
constructora.
Lopera sentenció que, tras el final de las obras de este
edificio y de la nueva gerencia en la avenida Otero, “Ceuta
quedará en el año 2008 con todas sus estructuras sanitarias
en muy buenas condiciones”.
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