Hace unos días ha tenido lugar la
entrega de los premios Goya del cine español o de lo que
queda del cine español, que tampoco hay que exagerar. Ese
cine, el nuestro, que sigue perdiendo espectadores por un
tubo. Y es que, hay que reconocer, que es malo con
avaricias. Todas las películas que se producen tienen el
mismo guión, homosexualidad, drogas y el oficio más viejo
del mundo. Al parecer no existen otros temas que tengan el
interés del público. Lo que viene a demostrar que el público
no presta interés alguno por esos guiones abandonado, cada
año, más el número de espectadores las salas donde se
exhiben películas españolas. Ese abandono, mal que les pese
a los intelectuales de la industria del cine, no hace más
que demostrar el rechazo del público a esa clase de
películas.
Este año, los Goya, se han entregados sin que los actores se
hayan puesto ningún cartelito sobre sus “intelectuales”
solapas. Una pena, con lo bonito que había quedado aquel
cartelito de “No a la guerra”. Y a falta de cartelito que
ponerse, Corbacho, ese humorista que estaba presentando la
gala, se sacó de la manga el asunto de la iglesia y todos
aplaudieron la maravillosa ocurrencia de Corbacho, que
metido en harina, debería haber pedido a todos los
compañeros, ponerse un cartelito diciendo; “No a la
iglesia”. El éxito del presentador de la gala hubiese estado
asegurado y, con toda seguridad, el próximo año le hubiesen
dado la preciada estatuilla del genial pintor aragonés.
Pena grande el no tener que meterse con alguien, para poder
ponerse un cartelito en la solapa que eso, en la gala de los
Goya, es algo que demuestra distinción y buen gusto. Además,
se demuestra, palpablemente, que jamás esa gala ha estado ni
estará politizada.
Como el Estado está dando subvenciones a la industria
cinematográfica y el menda no está de acuerdo en que parte
de mis impuestos vayan para hacer esos bodrios, les ruego
que a la mayor brevedad posible me borren del asunto.
También pueden solucionar el problema a igual que se hace
con las ONGS o la iglesias, pongan en la declaración de la
renta una casilla, para todo aquel que quiera colaborar con
el cine, ponga una equis en la casilla correspondiente.
Aunque de ponerse esa casilla me da la sensación de que ante
la falta de interés del público por las películas españolas,
a más de uno de esos intelectuales, les íbamos a ver
vendiendo clinex en los semáforos.
El que quiera cine que lo pague de su bolsillo y no de
bolsillo de todos los españoles. Que salgan productores como
Almodovar que pagan sus películas sin recibir ni un euro de
la administración. Se la juega cada vez que hace una
película, poniendo el dinero de su bolsillo, que es como
debe ser, y no querer hacer películas con el dinero del
resto de los españoles.
Insisto, aunque pueda parecer reiterativo, el que quiera
cine que lo pague de su bolsillo. Es muy bonito vivir
produciendo algo que me están pagando los demás españoles,
sin yo tener que poner un euro. El que quiera dinero que lo
trabaje. ¿O no?
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