Me conoce la mar de bien. No en
vano lleva muchos años tratándome. Creo que me lo
presentaron dos o tres días después de arribar yo a Ceuta.
Nuestras buenas relaciones jamás se vieron enturbiadas por
nada. Por más que ambos hemos estado casi siempre en
trincheras distintas.
Me lo encontré el martes pasado. Cuando la tarde se estaba
haciendo realidad y yo venía de tomar el aperitivo de
costumbre y de echar una parrafada con alguien que hago
buenas migas. Y allá que trabamos conversación. Y salió a
relucir el traslado del Mercado de Abastos a la Manzana del
Revellín. Él me dio su opinión. Cuajada de dudas. Y hasta
arremetió contra la política y, concretamente, contra varios
políticos.
Mi respuesta no se hizo esperar: en principio te diré que yo
tengo la sensación de que todos los sistemas políticos son
tirando de malos a peores. Un pensamiento que podría
ampliarte con tiempo. Y en cuanto a lo que me has dicho en
relación con el mercado y su traslado a la manzana, no sé si
te vale lo siguiente: “La política no es sino el arte de
realizar lo que más convenga en cada momento histórico y en
cada pueblo”.
De acuerdo, responde mi conocido, pero habrá que respetar lo
que piensen las minorías. Sin duda. Pero si algo bueno tiene
la democracia, no lo olvides, es que puede ser tiránica.
Porque es enorme el poder que ejercen las mayorías cuando
saben que tienen una justificación jurídica que da paso
libre a realizar sus deseos. Y no olvides que estamos
hablando de una mayoría que sigue entregada al hombre que se
la ha ganado: Juan Vivas.
-Bien... De acuerdo, Manolo... Pero a Vivas no le han
entregado los ciudadanos un cheque en blanco.
Llevas razón. Pero le han ofrecido algo mucho más
importante; han depositado en él todas sus ilusiones. Y en
política, estimado amigo, oponerse a una ilusión es gana de
estrellarse.
-Ya, ya, lo que tú digas; sin embargo esa ceguera irá
cediendo con el paso del tiempo. Y qué pasará si Vivas, del
cual dicen que está dando muestras de dudas, empieza a
cometer errores de bulto.
Decía Cánovas del Castillo, que política equivale a
decir ciencia de lo mudable, de lo relativo y contingente;
ciencia sujeta en sus conclusiones prácticas al siglo, al
pueblo, al momento en que su consiguiente arte se ha de
aplicar. Y el presidente de la Ciudad, créeme, está en una
situación inmejorable, todavía, para decidir lo que él crea
más conveniente en beneficio de la ciudad.
-Vamos, que, según tú, el Mercado de Abastos irá la Manzana
del revellín...
No. Lo que yo te quiero decir, oído al parche, es que Juan
Vivas está en inmejorables condiciones para sacar a relucir
ese arte del cual hablaba Cánovas y aplicarlo en una
situación donde se juega muchísimo. Por variadas razones y
sobre todo por una fundamental: si ahora, con mucho poder en
sus manos, pierde el órdago de farol que le vienen echando
cuatro mindundi, puede que haya puesto ya la primera piedra
de su declive. Y entonces la gente comenzará a creer que al
gran jefe y generador de ilusiones le tiembla el pulso en
los momentos cruciales. Mala cosa... Puesto que a partir de
ahí le irán revocando cualesquiera otros proyectos y hasta
los suyos, sobre todo quienes no soportan verle siempre en
candelero, principiarán a hacerle la cama.
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