Las conclusiones del catedrático
Aranda sobre la posibilidad de que Ceuta ingrese en la Unión
Aduanera Comercial no han caido en saco roto y, cuanto
menos, un análisis profundo merece lo explicado por quien se
encargó de realizar el estudio por cuenta de la Cámara de
Comercio y fondos estatales.
Que Ceuta necesita dar un paso al frente decidido y firme
para restablecer su economía es ya una obligación ante un
modelo casi finiquitado que demanda alternativas factibles
en tanto en cuanto, como critica el catedrático, el
empresariado ceutí parece moverse poco y esperar a que
‘vengan de fuera para dinamizar la economía’.
En cualquier caso, Joaquín Aranda, que no es ni mucho menos
el del carrillo de los helados, considera que la integración
en la Unión Aduanera proporcionará más oportunidades que
riesgos. Así que la pelota no está sólo en el tejado de las
dos administraciones sino también en la del empresariado
ceutí que debe implicarse absolutamente porque en esto tiene
mucho que decir.
Debe ser vital para Ceuta que su economía dependa más de la
propia Ceuta que de lo volátil o inestable que pueda
resultar la dependencia del alrededor. Por lo que cuanto más
entroncada se encuentre en la verdadera matriz [Europa], más
y mejor para la ciudad. Esto es al menos lo que ha venido a
decir el experto analista consultado, lo que implicaría
mayor solidez de futuro y menor temor en la inversión,
aprovechando un lugar estrategicamente privilegiado en
función de cómo se prevé que se desarrolle económicamente el
hinterland del estrecho de Gibraltar con la manifiesta
evolución de la zona norte de Marruecos que puede fagocitar
[de no remediarse] la economía ceutí actualmente tocada
aunque no hundida. Experiencia, ‘occidentalismo’, valentía
emprendedora y demás argumentos son inherentes a la
condición empresarial ceutí que anda un tanto adormilada,
según Aranda. Habrá que ir despertando.
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