Entre los compromisos que el PP
deberá cumplir, si llega a conseguir vencer en las
elecciones del próximo mes de Marzo, destacan los referidos
a la supresión de la asignatura EPC, la potenciación de la
enseñanza del inglés y la garantía de la enseñanza en
castellano en todas las comunidades autónomas.
De manera general, la propuesta de elaborar una estrategia
nacional para mejorar la educación, ha recibido una positiva
acogida en el mundo educativo, con ligeros matices, según la
ideología que aliente a cada una de las organizaciones, como
son el caso de las que representan a la escuela privada y a
la concertada, que se han mostrado satisfechas; que
sostienen, por otro lado, que “la apuesta por la calidad en
la educación española debe ser prioritaria para cualquier
partido político, especialmente a la luz del último Informe
Pisa, y contribuyendo, de entrada, a que nuestro sistema
educativo sea uno de los temas claves para debatir de cara a
las próximas elecciones generales”.
Se reconoce, por otra parte, que en las propuestas populares
“un importante catálogo de reivindicaciones, destacando la
vertebración del sistema, la igualdad de oportunidades, que
sólo puede conseguirse con la calidad educativa, la
exigencia, el rigor y el esfuerzo como principios básicos
del aprendizaje y la importancia de establecer para los
docentes mayor refuerzo de su autoridad.”
Pero la EpC suscita grandes dudas. Si el PP formase
gobierno, de inmediato la asignatura tendría los días
contados y miles de alumnos no se verían obligados a
estudiarla. Recordemos que este curso está implantada en 3º
de la ESO en siete comunidades autónomas: Andalucía,
Asturias, Cantabria, Cataluña, Navarra, Extremadura y
Canarias. El próximo curso se estudiará en las restantes,
que la enseñarán en 3º curso. El curso será también el de la
implantación de Educación Ético-Cívica, la versión de
Ciudadanía en 4º de la ESO. Podría iniciarse además
Filosofía y Ciudadanía, prevista en Bachillerato. Los
alumnos de Primaria no comenzarán a recibir clase de esta
materia hasta el curso 2009-10, ya que debe incluirse en uno
de los últimos cursos de este tramo educativo.
La implantación de esta disciplina ha creado numerosos
conflictos entre los objetores y las administraciones.
Algunas sentencias han suspendido sus enseñanza de forma
cautelar para un reducido número de alumnos.
Sobre esta asignatura, una de las organizaciones –que ya se
manifestó en este sentido cuando se redactó la LOE- piensa
que los contenidos de EpC se consideran un eje transversal,
tal y como estaban ya contemplados los valores de la LOGSE.
La formación ética y cívica son fundamentales para la
educación integral del alumno, por lo que deben imbricarse a
lo largo de todo el currículo. Y añade, que repartir sus
contenidos objetivos como estudio de la Constitución
Española o el Tratado de Derecho Internacional, en otras
materias, es sin duda, un acierto.
Otra organización, cercana a las tesis del Gobierno actual,
opina que “la propuesta de eliminar EpC supone una
claudicación hacia los sectores religiosos más
fundamentalistas y nos alejaría de la educación que se
imparte en otros países europeos”. Por tanto, no entendemos
la oposición a una asignatura que proporciona una serie de
valores universales que pueden suscribir personas de
cualquier creencia o ideología”.
Sobre la enseñanza precoz del Inglés, hay mayor consenso. Se
ha recibido con esperanza. Otra de las organizaciones, la
valora así: “Nadie puede plantearse duda alguna sobre la
importancia del bilingüísmo- en algunas comunidades
trilingüísmo-, pero que no se discrimine a nadie. Debemos
estar todos: públicos, concertados y privados, ya que de no
ser así se incurre en una discriminación intolerable. Por
otro lado, siendo los públicos, en este sentido, por su
propia naturaleza, los que tendrían más dificultades para su
implantación.
¿Y el castellano en todas las comunidades? No existe, tal
como está la situación actual –Cataluña, Baleares, País
Vasco, Galicia- unanimidad. Demasiado tarde para volver
hacia atrás, ya que cada vez los planteamientos del
bilingüísmo han ido más lejos, hasta anular casi por
completo al castellano. Al menos, en ello están.
Por último, y en esto sí que hay unanimidad, todos están de
acuerdo en que se hace imprescindible un pacto político que
nos saque de la espiral de reformas y contrarreformas en las
que estamos sumidos, y que permita avanzar hacia una
verdadera educación de calidad, sumando esfuerzos.
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