Presentado al alimón por el
presidente de la Junta Islámica, Mansur Escudero y Ahmad
Reza Khezri, consejero cultural de la Embajada de la
República Islámica de Irán en España (las dos entidades
organizadoras), se presentó el pasado lunes en Córdoba, en
colaboración con la Cátedra de Intercultura de la
universidad cordobesa y el INET, un seminario sobre “La
Mujer en las Tres Grandes Religiones Monoteístas”. Tres
ponentes, las profesoras Carmen Caballero, Amelia Sanchís y
Ndeye Andujar, disertaron sobre la situación de la mujer en
el seno del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam, dejando
para el conocido teólogo y profesor de la Universidad Carlos
III de Madrid, Juan José Tamayo, el análisis de los valores
comunes a les tres grandes religiones.
Sobre el papel, seminarios y debates como este pueden
acercar a un público ávido de conocimiento la realidad sobre
la mujer en las tres religiones citadas, partiendo de la
exégesis de los textos (presuntamente) sagrados y su
aplicación normativa en las sociedades de referencia. No
estuve presente y aun no tengo las conferencias impartidas,
pero me atrevo a tomar un punto de partida sobre el que dudo
exista quórum: el contexto de las sucesivas revelaciones
(“inspirada”, salvo en el libro de los Profetas, para la
Biblia hebrea y cristiana y “palabra directa” de Dios en el
caso del Corán) es inicialmente semita, sociedad con
parámetros ideológicos abiertamente machistas, por que en
todos, absolutamente todos los textos religiosos de
referencia (judíos, cristianos y musulmanes), la mujer es
considerada siempre inferior al hombre. Esto es lo que hay y
luego exegetas, predicadores o simples fieles pueden, si
quieren, jurar en bable o arameo. En las sociedades
occidentales y en España es la Constitución la que consagra
(nunca mejor dicho) la igualdad de género, si bien todavía
en el caso español hay un asunto pendiente: la Corona y su
imbricación en la Jefatura del Estado, uno de los motivos
(entre otros, como la introducción de la posibilidad de la
pérdida de nacionalidad) por los que habrá a corto plazo que
cambiar nuestra Carta Magna, a fin de permitir en su caso el
acceso a una mujer, en su condición de Reina, a la máxima
expresión política de la Nación.
He podido leer que, en el caso del Islam, el seminario alega
como “mala práctica” los lamentables casos que todos
conocemos: ¿que diría ante ello “sidi” Reza Khezri, director
de la Consejería Cultural Iraní en España y cualificado
representante del “fascismo verde”, vigente en su país desde
el golpe de Estado dado por el impresentable y fanatizado
imám Jomeini en 1979?. Anda, anda, que el progresista
Escudero se busca unas amistades…. Hombre, la conferencia
fue en Córdoba por lo que la libertad de expresión estaba
garantizada, porque si llegara a celebrarse en Teherán o
Arabia Saudí hubiera sido un “tongo” clamoroso. Empecemos
por ahí. El Judaísmo de la época del II Templo tenía también
su entretela, aunque en el Estado de Israel la mujer -como
en Europa o Estados Unidos- tiene garantizados todos sus
derechos. Y si hablamos del cristianismo católico, ¿cual es
el papel de las sumisas monjas en el organigrama jerárquico
de Roma?; por cierto, ¿para cuando una “obispa” o “papisa?
¿Que no es posible?. Ya. Pues entonces, amigos lectores, la
Iglesia Católica es inconstitucional.
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