Pocas plazas se encontrará Mariano
Rajoy durante el agotador periplo que le espera durante el
próximo mes por toda España como Ceuta, una ciudad que
parece haberse adaptado a las propuestas del Partido Popular
como un guante. Quien reduzca dicha sintonía al asunto de
Perejil o incluso al de Susana Bermúdez con el GIL se
equivoca de cabo a rabo. La querencia de la ciudad autónoma
por las siglas del PP reflejan también la atención y la
magnífica estrategia con la que los Populares han sabido
ganarse el afecto y la confianza de una ciudad que aportará
una cantidad significativa de escaños, por reducida que sea,
a las próximas Cortes Generales, más apreciable si cabe
mientras la igualdad técnica con la que los dos partidos
mayoritarios afrontan la recta final de la precampaña y los
quince días de campaña pura y dura previos a la cita con las
urnas. En mayo del año pasado, cuando Rajoy visitó por
última vez en Ceuta con la vista puesta ya en su próximo
mano a mano con Zapatero, cita que por aquel entonces aún no
tenía fecha, el político gallego sintetizó muy gráficamente
qué significa para el PP esta ciudad: “El PP es el partido
de Ceuta”, dijo entonces el presidente de los Populares, que
se ofreció a los ceutíes para lo que quieran, cuando
quieran, como quieran. En una ciudad hipersensible, a la que
la extrapeninsularidad y la íntima vecindad con Marruecos la
mantiene siempre en vilo, este tipo de gestos son muy
valorados. “Volveré como presidente”, prometió también
entonces Rajoy, consciente de que esta vez los socialistas
acuden a las urnas con una doble baza que en 2004 no tenían:
las visitas oficiales de Zapatero y los Reyes, aunque esta
ha quedado bien claro que no es mérito exclusivo del
Gobierno. Sabiamente dirigidos, estos gestos componen, junto
a la magnífica estrategia política y electoral del PP ceutí
(sabe cuál es su electorado, sabe cómo mantenerlo y cómo
movilizarlo mientras prueba incursiones en el sus
adversarios), el mapa político de esta ciudad, que hoy
recibirá al candidato como se merece por su atención hacia
ella.
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