Lunes. 28
Me parece muy bien lo anunciado por la portavoz del
Gobierno, Yolanda Bel, acerca de que la próxima semana será
Francisco Márquez, consejero de Hacienda, quien responda a
las preguntas sobre la Manzana del Revellín. Y me imagino
que ella habrá respirado a pleno pulmón. Menudo peso le han
quitado de encima a mí estimada Yolanda. Por lo tanto, no me
cabe sino felicitar a quien lo haya decidido. La obra se ha
convertido en un asunto espinoso, antipático, polémico, y
todo cuanto se diga al respecto es poco. Es un proyecto que
ya nació bajo sospecha. Si a ello le unimos el que ha habido
personas que vieron en esa construcción la posibilidad de
lucrarse y no lo consiguieron, tal vez porque desde Murcia
no estaban dispuestos a rascarse el bolsillo, a nadie puede
extrañarle lo que está ocurriendo. La obra les ha dado alas
a los partidos de la oposición para hacerse notar. De no ser
por la Manzana del Revellín, apenas tendrían motivos para
molestar al Gobierno presidido por Juan Vivas. Quien tiene
tiempo para pensar cuál es la mejor solución. De momento ha
decidido que sea Francisco Márquez el encargado de apechugar
con la defensa del mercado: una idea tan discutida como
censurada. No le arriendo las ganancias al consejero de
Hacienda. A no ser que se haya hecho con documentos
suficientes para pararle los pies a Juan Luis Aróstegui. De
cualquier manera, yo sigo teniendo en mente el nombre de la
persona que está en la mejor situación para convertirse en
portavoz de todo lo concerniente a esta manzana de la
discordia. ¿Lo adivinan? Es tan fácil.
Martes. 29
El presidente de la Ciudad ha decidido, ya era hora, ponerse
al frente de la defensa del traslado del Mercado de Abastos
a la Manzana del Revellín. Y ha comenzado en la sede de su
partido y rodeado por los militantes más fieles. Juan Vivas
sigue teniendo un crédito enorme entre los ciudadanos. Ya
dije, días atrás, que su desgaste como gobernante ha sido
mínimo por más que ya lleve casi ocho años dirigiendo los
destinos de la ciudad. Pero ya comienza a aflorar la labor
de zapa que vienen haciendo contra él quienes otrora
visitaban, todos los días y fiestas de guardar, el despacho
del director de PROCESA; que era, claro está, el actual
presidente de la Ciudad. La envidia es un sentimiento que
anida en todos nosotros. En unos más que en otros. Y en los
que más alardearon en su día de ser amigos de Vivas y de
cantar sus excelencias en todos los aspectos, el pecado de
la envidia está en su punto culminante. Y es que no cesan de
preguntarse, las sufridas criaturas, al ver al antiguo amigo
mandando tela marinera, ¿por qué está él sentado en la
poltrona municipal y no cualquiera de nosotros? ¿Qué tiene
Vivas que no tengamos nosotros? Si han leído el ensayo sobre
la envidia, de Fernando Savater, verán que esa postura es
buena para que el poderoso, en este caso Vivas, sepa que
está siendo permanentemente vigilado por quienes no le van a
permitir el menor fallo. Y para que no se atreva a tomar
decisiones que no estén respaldadas por la ley. Los enemigos
del presidente de la Ciudad, en estos momentos, que están
sufriendo lo indecible por no poder soportar la importancia
que tiene llamarse Vivas, desde hace años, son cuatro o
cinco personas tan conocidas como ricas o al menos están
disfrutando de una situación económica boyante. Por
consiguiente, el presidente de la Ciudad ha de salirles al
paso de sus denuncias, aunque hayan delegado en Aróstegui,
informando a los ciudadanos de todo lo concerniente a la
Manzana del Revellín. Pasado y presente. Máxime cuando él
puede presumir de no estar implicado en nada de lo que deba
avergonzarse. Y seguro que su palabra será decisiva para que
los ciudadanos, mayoritariamente, lo crean a pie juntillas.
Es el mejor camino. Por no decir el único.
Miércoles. 30
Con Juan Jiménez me he llevado yo siempre la mar de bien.
Por más que muchas veces no hayamos coincidido en nuestras
opiniones futbolísticas. El caso es que ello nunca fue
motivo de discordia. Faltaría más. El lunes, sí creo que fue
ese día, me topé con Juan y me agradeció, en nombre de José
Ramos, presidente de la Federación Provincial de
Asociaciones Vecinales, la columna que le dediqué cuando fue
reelegido dos años más. Por lo que me contó JJ, a José Ramos
le había sorprendido el trato que le dispensé en “El Oasis”.
Aunque lo único que hice fue reconocerle un valor seco y
sereno por atreverse a continuar en un cargo que exige
sacrificio y trabajo a destajo. Y me imagino que una
paciencia ilimitada para oír las quejas de todos los
presidentes de barriadas y procurar resolverlas con suma
diligencia. Juan Jiménez es vicepresidente de la cosa y la
persona más cercana al presidente. Pues bien, hoy he visto
en El Pueblo TV el recibimiento que el presidente de la
Ciudad le ha hecho a la junta directiva de la FPAV. Y he
podido observar cómo Juan Vivas se desvive por atender a
unas personas que tienen la responsabilidad de mantener las
barriadas en perfecto estado de revista y dotarlas de todas
las necesidades requeridas. La alegría de Vivas, al verse
rodeado de todos los directivos, era manifiesta. Y las
palabras de Ramos, afirmando que mantiene la ilusión pero
que la tarea de presidente es tan ardua como agotadora, son
verdades incuestionables. Por lo tanto, cabría aplicarle el
dicho popular que hace referencia al caballo que monta el
Espartero.
Jueves. 31
La Ciudad Autónoma celebra su Día en la Feria Internacional
de Turismo. En esta ocasión, la novedad, en cuanto a lo
periodístico, consiste en que puedo ver en directo lo que
está ocurriendo en el stand de Ceuta, a través de “El Pueblo
Televisión”. En esta Casa, según veo, no se habla de
antigüedad, ni de la cantidad de lectores que se tienen, ni
se presume de nada... Aquí lo que prima son los hechos:
desde hace ya varios meses se cuenta con un edificio
extraordinario, admiración de muchos y envidia de otros
tantos; existe una revista, Siglo XXI, que sigue creciendo;
el periódico está en una línea constante de superación, y
ahora, así como quien no quiere la cosa, surge la
posibilidad de ver todos los actos a través de la pantalla
del ordenador. Albricias. Gracias a la televisión puedo ver
la entrevista que una compañera, Alicia Urbano, le está
haciendo a David Meca. De pronto, en plena entrevista, se
acerca Juan Vivas para abrazar al nadador y agradecerle a
éste sus deferencias con Ceuta en otra entrevista y en otra
televisión. Claro está. Me consta que Juan Vivas rehúye los
asesoramientos de quienes están contratados para ese
menester. Pero, aun así, alguien debería recordarle que está
muy mal visto interrumpir una entrevista en directo por muy
presidente de la Ciudad que se sea. Yo sé que a lo mejor no
se dio cuenta de que David Meca estaba ya en plena acción,
es decir, rodando; pero algún componente de esa cohorte que
siempre le acompaña, debió advertírselo. Y así le hubiera
prestado un servicio indispensable. Y que siempre será mejor
que no estar continuamente inclinado ante su augusto nombre.
Las cosas claras y el chocolate espeso.
Viernes. 1
No sé por qué razón, mientras estaba repasando unos apuntes,
se ha me venido a la memoria algo que siempre me recordaba
Elena Sánchez cuando nos daba por ponernos a pegar la hebra
(por cierto, Elena, habrás visto que sigo sin publicar la
entrevista que te hice pocos días antes de lo tuyo). Decía
ella que a mí se me notaba mucho el esfuerzo que hacía por
mantener mi independencia. Incluso me comentaba que en no
pocas reuniones había salido a relucir el mucho trabajo que
me costaba pedir favores o dejarme influir. Yo solía
responderle que mi independencia era mínima. Pero que esa
pequeña porción de autonomía me permitía ir asido al carro
de los que en un momento determinado son capaces de decir
que no a cualquier propuesta donde prime más el dinero que
el trabajo. En una palabra, Elena, muchas veces he sido
tentado para ocupar puesto donde sestear era y es pagado a
precio de oro. Y nunca piqué el anzuelo. Es más, quiero que
sepas que jamás pedí nada para mí a ninguna autoridad de
esta ciudad. Y que ni siquiera en los peores momentos de mi
vida, tanto moral como económicamente, fui mendigando empleo
a los políticos. Ni, por asomo, se me ocurrió presentarme en
la Delegación del Gobierno para tirarle de la levita al
delegado de turno. Y oportunidades tuve, eh. Y, por
supuesto, a ver qué alcalde puede decir que acudí a él para
que me echara un cable. Me vas a perdonar, sin embargo, que
haya usado tu nombre para contar lo que estoy contando. En
principio, porque es bueno recordarte; después, porque este
era un tema que a ti te gustaba discutirlo conmigo. Y porque
llegaste, en un momento determinado, a proponerme un empleo
que tú creías me iba como el anillo al dedo. Y que,
lógicamente, rechacé. Pues bien, me vas a permitir que te
ponga al tanto de algo que te hará reír con esa risa
nerviosa que te entraba cuando yo solía decirte las cosas a
mi manera: si vieras la gente que ha metido la cabeza en
cierto gabinete del Palacio Municipal, en Radio Televisión
Ceuta y en muchos otros sitios. Y todas esas personas,
amiga, han llegado a ganarse la canonjía practicando un
método que es infalible: poniendo a Juan Vivas y a su
Gobierno, un día sí y el de en medio también, como chupa de
dómine. Y, desde luego, quiero que sepas que ya hay otra
tanda de sujetos trabajándose el mismo cuento. No me digas
que no es para desternillarse de risa.
Sábado. 2
La mejor noticia de la semana ha sido para mí, sin ningún
género de dudas, poder decirle a Carlos García Bernardo lo
que le dije cuando el viernes nos hallamos delante de la
escalinata del edificio del Ayuntamiento. Hoy he vuelto a
sentir lo mismo al verle en la portada de este periódico,
compartiendo con Juan Vivas y Mabel Deu el momento de
alegría que supone todos los años el asistir al encendido de
las luces de Carnaval. Señal inequívoca de que vuelve a
tener ganas de ponerse al frente de la viceconsejería de
Festejos. Cargo que viene desempeñando, desde hace ya casi
ocho años, con el éxito de quien ha trabajado duramente,
desde el primer día, para lograr los fines que se le
encomendaron. Con Carlos García Bernardo he compartido yo
muchos ratos de charla. A él le gusta sobremanera
preguntarme acerca de cuestiones futbolísticas; ésas que
pasan inadvertidas para los hinchas y que suelen ver los
buenos aficionados. Y a mí, como no podía ser de otra forma,
me encanta aclarárselas. De ahí que nuestras relaciones
vengan de lejos... Si me apuran desde hace ya la friolera de
veinticinco años. Por ello, y porque me consta que es una
persona excelente, debo decirle, nuevamente, que he sentido
una enorme satisfacción al comprobar que ya está entre
nosotros. Que procure tomarse sus obligaciones con calma. Y,
desde luego, que disfrute del Carnaval hasta olvidar los
momentos de zozobras. Un abrazo...
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