El “análisis del subsuelo” del que hablaron el viernes en
declaraciones a este periódico fuentes de la Ciudad Autónoma
para explicar el corte durante todo el fin de semana de las
calles Independencia y Víctori Goñalons es, en realidad,
otro paso más hacia el gran proyecto urbanístico de la
legislatura y seguramente de la década en el centro de
Ceuta: la transformación en un gran espacio abierto de la
zona que actualmente ocupa el Mercado Central de Abastos,
ubicado exactamente sobre la zona de confluencia de los
Conjuntos Históricos de las Murallas del Recinto de la
Almina y de las Murallas del Recinto de la Ciudad.
A la vista del terreno delicado donde se piensa comenzar a
actuar en aproximadamente un año, el Gobierno de la Ciudad
está procediendo este fin de semana a la realización de
varias “catas arqueológicas” en todo el área, actuación
previa preceptiva e ineludible de acuerdo a las leyes de
Patrimonio.
Las primeras prospecciones, realizadas bajo la supervisión
directa del arqueólogo municipal, Fernando Villada,
comenzaron a cerrarse ayer por la tarde en la calle Víctori
Goñalons sin “ningún hallazgo significativo”, según
confirmaron a este periódico fuentes de la Consejería de
Fomento.
Fue, en realidad, la constatación de lo esperado por los
técnicos municipales, que no prevén toparse con restos
arqueológicos en los “entre 8 y 10 metros” bajo el actual
nivel del suelo en que se actuará para hacer desaparecer el
Mercado, soterrar el tráfico y “poner en valor” los Bienes
de Interés Cultural (BIC) que ahora están “escondidos”.
Las catas arqueológicas seguirán realizándose hoy en el
resto de viales adyacentes al Mercado Central, como Teniente
Olmo, aunque tampoco se prevé encontrar hallazgos
relevantes. “Los restos verdaderamente importante, las
estructuras valiosas, están justamente debajo del Mercado”,
insistieron ayer desde la Ciudad.
El edificio del Mercado de Abastos está situado sobre el
foso seco de la Almina, entre la Plaza de la Constitución y
las calles Alcalde José Víctori Goñalons, Teniente Olmo y
Deán Navarro Acuña.
Bajo su estructura se encuentran, en su lado oeste, el
baluarte de San Sebastián, la contraescarpa del Foso de la
Almina y el baluarte de San José, partes del Conjunto
Histórico del Recinto de la Almina, declarado BIC por el
Ministerio de Educación en 1998.
En el lado esté se localizan restos del baluarte de la
Pólvora, incluido en el Conjunto Histórico de las Murallas
del Recinto de la Ciudad, declarado BIC por Resolución de la
Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales del
Ministerio de Educación en 1997.
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Un proyecto que Márquez y la difunta Elena Sánchez ya dieron
a conocer hace dos años
La difunta Elena Sánchez y
Francisco Márquez presentaron hace casi dos años, el 22 de
marzo de 2006, los planes para la remodelación del centro
urbano de la ciudad con los que ahora se quiere descubrir la
pólvora. Literalmente, ambos adelantaron entonces, con
motivo de la presentación del Plan de Equipamiento,
Infraestructuras y Viviendas de la Ciudad Autónoma que el
solar del Mercado y su “infrautilizado” entorno [léase Patio
Hachuel, plaza Rafael Gilbert y antiguo Cine Cervantes]
sobre el siguiente plan: los puestos del mercado pasarían a
estar en un nuevo edificio de una sola planta en la plaza
Vieja (ese punto sí se ha trastocado), a cuyo alrededor se
construirían viviendas y una plaza pública que ocupará “el
lugar en el que ahora está el mercado”, según explicó
literalmente la portavoz, que también situó bajo el subsuelo
de dicha plaza “una estación de autobuses intercambiadora de
transportes en el subsuelo y un gran aparcamiento público
subterráneo”. A dichos planes ahora se ha añadido la idea de
peatonalizar la calle Independencia, Víctori Goñalons y
alrededores para ganar “espacio para el ciudadano”.
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