Por simple objetividad, decido
irme este fin de semana por la península y pasar unos días
olvidándome de todo lo que lleve implícito el sinónimo de
descanso. No puede ser. No hay plazas para los días y horas
que quiero hacer el paso del estrecho en Balearia/Buquebús.
Otro fin de semana será.
Me quedaré en Ceuta, tratando de encontrar algún amigo que
tenga bote, con motor fuera de borda, para irme a pescar.
Merezco un descanso tras el casi soponcio que me dan los
miembros de la curia con sus declaraciones públicas.
Una declaración de la Conferencia Episcopal que trata de
dejar en paños menores a los socialistas, aunque no lo
mencionen, es una declaración impositiva de alto grado
antidemócrata.
Los curas han pedido que no se vote a quienes negocian con
terroristas…, si eso de las negociaciones pasó a la
historia, ¿a cuento de qué vuelven a remachar un clavo
inexistente? a cuento de que se vote al PP y con ello los
curas tener aseguradas las prebendas cuatro años más,
prebendas en peligro por culpa de una educación moderna,
adecuada a nuestro país europeo e incompatible con quienes
quieren mantener al país en un sistema arcaico, tenebroso,
en el que todos los ciudadanos tienen que ser sumisos y
humildes esclavos del aparato estatal… ¡Ni hablar del
peluquín!, en éste caso: ¡Ni hablar de la tonsura!.
La declaración de los curas coincide en gran medida con los
discursos del PP, frontalmente enfrentado a los socialistas,
y aunque no menciona a ningún partido político, esa petición
de que se vote a determinada sigla está muy patente en las
palabras sin necesidad de leer entre líneas.
La ingerencia de la Iglesia católica en la política está
llegando a cierto paroxismo espectacular y además afirman
una condición totalmente incompatible con la Constitución
española. Eso de mezclar la aconfesionalidad del Estado con
una desvinculación moral sobre unas leyes que consideran, la
curia, gravemente injustas… no es más que un caballo de
batalla metido en el fragor de las campañas electorales, sin
sentido común que valga, con el único objetivo de seguir
mamando de las arcas públicas por encima de cualquier otra
religión. ¿Por qué no dicen la verdad acerca de las
donaciones del IRPF?, sí esas de la casilla donde se marca
una equis. El ciudadano español tiene derecho a saber qué
porcentaje de españoles donan esa equis (X) a la Iglesia y
cuántos lo donan para otros fines sociales. No creo que se
sorprendan porque ya lo saben.
La Iglesia, en éste caso la Conferencia Episcopal, no tiene
ningún derecho de imponernos condiciones para votar a quién
queramos. No nos puede ni siquiera insinuar que votemos a
tal o cual partido. Si quieren pueden presentarse a las
elecciones como partido político legalmente inscrito, de esa
manera sí pueden exigirnos que lo votemos porque su programa
es el mejor, de otra manera es mejor que se vaya enfrentando
a su único enemigo: el diablo y nos dejen tranquilos con
nuestras intenciones de voto.
Lo que me da gracia es que declaren que no pretenden hacer
leyes ni imponer sus criterios… ¡si los están patentando!
con esa crítica feroz a la Ley de la Educación para la
Ciudadanía, que según los curas lesionan los derechos de los
padres… cuando a la hora de la verdad son ellos, los curas,
los que lesionan los derechos de los ciudadanos como aquél
que negó comulgar a una mujer católica porque se había
casado por lo civil. Y no sólo es un ejemplo aislado, sino
que los hay a montones.
Deben dedicarse a lo suyo, a orientar a los ciudadanos en la
religión y no orientarnos en política… no somos unos niños,
desde luego, y sabemos ser maduros en estas lides. Se están
acercando a los líderes islamistas en cuanto a
fundamentalismo me refiero, con esa intromisión, una más, en
la vida de los españoles y poco falta para que sean
clasificados como los Al Qaeda católicos. ¡Por favor!,
señores profesionales de la religión, mantened la calma que
pan hay para todos si ayudáis por igual a quién salga
elegido. No pongáis falsas peras en el olmo porque nadie,
hoy en día, las van a pedir. Seguid repartiendo hostias sin
hacer graves discriminaciones… ley magna solo hay una y esa
es la Constitución. Pido un respeto hacia nuestra Ley. Por
mi parte, al menos, siempre respetaré la religión. Sea cual
sea.
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