Ya estamos de nuevo en Ceuta, con
viaje de regreso llano y tranquilo incluido. El único
problema, indescifrable problema, es el del tándem de
navieras Acciona y Transmediterránea, que trataron de jugar
conmigo en cuanto a pasajes de barco se refiere.
Resulta que me presento en el mostrador de las mencionadas
navieras para sacar pasaje a Ceuta y… 86 euros por dos
pasajes de adulto y medio billete de niño de 4 años. Le
pregunto, al señor que parece tener la bilis a flor de
labios y sentado ante el mostrador con ventanilla de la
Estación Marítima de Algeciras, si me ha aplicado las
correspondientes bonificaciones. Me responde que qué
bonificaciones tengo. Le indico que soy de Ceuta y le señalo
el certificado expedido por el Ayuntamiento conforme soy
residente. Después de un rato hablando por teléfono con
alguien de más allá (algún jerifalte de la compañía) me dice
que naranjas de la China… cambio de ventanilla, me acerco al
tándem Balearia-Buquebús y ahí me cuesta 30 euros todo… es
para volverse loco, más aún cuando en el primer tándem
viajando con coche y dos personas son 36 euros… ¿alguien
quiere explicarme esto? ¡Con coche 36, sin coche 86!
Bueno, a fin de cuentas estoy aquí que es lo importante.
Durante el viaje, mi pequeño hijo ha estado visionando a
través del DVD portátil una serie de películas de dibujos
animados que su hermano mayor ha copiado del original y esto
se llama copia legal.
¿Por qué es copia legal?, porque pago un canon a la SGAE,
copie o no copie, cada vez que compro un CD o DVD virgen,
así como al comprar aparatos reproductores de sonidos o de
vídeo de todas las clases.
Cuando uno paga un canon por servicios que no utiliza, tiene
la obligación moral de acumular el importe pagado
injustamente en una especie de libreta de ahorros personal y
con ello en la mano hacer las copias que considere de su
gusto. Ya hemos pagados los derechos sobre cualquier
manifestación cultural y artística como si de una tarjeta
prepago se tratara ¿no?
Por una vez me congratulo que un tribunal de justicia ampare
a quienes se copian unos a otros las canciones de moda o de
toda la vida. El Tribuna de Justicia de la Unión Europea
avala nuestra legislación sobre el tema de facilitar los
datos de los clientes que intercambian música en Internet.
La sentencia significa un duro revés para las empresas
productoras de música en su estrategia de persecución
judicial de los ciudadanos por intercambiar música de sus
discos a través de la red de redes.
No se entiende que los músicos, sobre todo los mediáticos,
forrados de pasta hasta los dientes, se presenten en La
Moncloa para manifestar su dolor por las pérdidas
ocasionadas por los copiadores de música cuando ganan en una
sola gira más de lo que uno puede ganar en toda su puta vida
de currante.
Vergüenza deberían darle cuando gimen de que la música está
muy mal, mientras comen y beben en plan VIP, con millones en
la cuenta corriente y viviendo a caballo entre Madrid y
Miami.
¿Qué saben esos de llegar a fin de mes? ¿Qué saben esa gente
de la música mediática de hipotecas, de rebotar de un
contrato a otro, de currar en turnos de 7 a 7? Esa gente no
saben qué es estar mal, no saben lo que cuesta llegar a fin
de mes, y de lo que cuesta plantearse tener hijos con lo que
piden las guarderías. Aquí, en el mundo real, el mundo de
los currantes entre dos pagan a duras penas la hipoteca de
70 metros cuadrados.
No se entiende que esos músicos mediáticos digan “… la gente
que compra en el top manta no ama la música”. ¿Con que
validez moral exigen esa gente, que ni saben el dinero que
tienen, que viven a todo trapo y que el currante pague sus
vicios y haga multimillonaria a la multinacional de turno?
¿Cómo son tan sinvergüenzas de plantarse en plan víctima
sobre una vida de lujo?
¿Como pueden decir eso? cuando David Bustamante ha sido
capaz de comprarse una casa de 500 millones de las antiguas
pesetas cuando solo lleva cuatro años de carrera musical… yo
para comprarme mi casa he tenido que currar CUARENTA años y
encima pagándola con aprietos. ¿No te jode?
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