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El Gobierno de la Ciudad Autónoma
anunció ayer formalmente que está decidido a eliminar las
‘caracolas’ del Príncipe Felipe “a corto o medio plazo”, en
función de la celeridad con que se gestionen las distintas
operaciones que rodean esta iniciativa por parte de Emvicesa,
Servicios Sociales, Presidencia o la Oficina Técnica de
Obras del Príncipe Alfonso.
Pocas zonas de la ciudad necesitan con tanta urgencia una
intervención decidida de la Administración pública como los
alrededores del medio centenar largo de viviendas
prefabricadas de la barriada, cuyos representantes vecinales
acogieron ayer con “satisfacción” y “agradecimiento” el
anuncio de Bel, que ya se había dejado entrever con
diferentes anuncios menos explícitos para la reordenación de
todo el área. Que Ceuta se equipare realmente con el resto
de capitales de provincia españolas a todos los efectos pasa
por utilizar los fondos europeos y todos los recursos
presupuestarios que sea posible para reducir la brecha que,
a todos los niveles, sigue existiendo entre unas partes y
otras de la ciudad autónoma.
Por eso es tan importante que los polígonos del Tarajal
tengan una apariencia digna y moderna, pero tanto o más lo
es que viviendas como las de las ‘caracolas’, cuya
apariencia exterior no hace presagiar nada saludable en su
interior, se vayan sustituyendo por casas dignas y con una
habitabilidad acorde con nuestros días.
En ese esfuerzo el Gobierno de Ceuta debe contar no sólo con
su disposición a embarcarse en este empeño, sino también en
el apoyo de la Delegación del Gobierno en nombre de la
Administración General del Estado y de la Comisión Europea,
cuya comisaria de Política Regional, Danuta Hübner, visitará
en próximas fechas Ceuta. De todos depende que ella traslade
a Bruselas que Ceuta sigue necesitando realmente ayuda para
garantizar su desarrollo en igualdad de condiciones con el
resto del continente.
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OPINIÓN / EDITORIAL
