Once jornadas después de la última derrota en Águilas la AD
Ceuta volvió a caer, esta vez ante el Portuense, en un mal
partido de los ceutíes que nunca estuvieron cómodos sobre el
césped artificial del José del Cuvillo y que encajaron dos
goles al comienzo de la segunda mitad en tres minutos
fatíticos para sus intereses. Un penalti transformado por
Paulino, que además costó la expulsión de Santacruz, y un
gol en propia puerta de Javi Navarro, dejaron el duelo visto
para sentencia, acusando los ceutíes el hecho de jugar en
inferioridad numérica. Así el cuadro caballa repitió su peor
versión, demostrando falta de concentración en momentos
puntuales, ante un equipo muy necesitado que había sumado un
único punto de los últimos nueve disputados, y llegaba
situado en zona de descenso.
Fruto de esa urgencia por romper su mala racha de resultados
los portuenses salieron apretando el acelerador. Así, a las
primeras de cambio, estos pudieron adelantarse por mediación
de Paulino, que aprovechó un error en el despeje de
Santacruz para plantarse ante Lledó y, en el mano a mano,
estrellarla en el portero caballa. Instantes después, de
nuevo Paulino forzó una falta de Santacruz al borde del
área, que Zurdo estrelló en el palo en la ocasión más clara
de toda la primera mitad. Ya a partir de ahí el duelo entró
en una fase de ´punto muerto´, dando paso a un juego físico,
donde el fútbol brilló por su ausencia.
En pleno atasco de ideas de unos y otros los ceutíes dieron
la impresión de querer hacerse con el control de la parcela
ancha, aunque sin tener profundidad ni opciones de inquietar
a Wilfred. De hecho la única acción peligrosas de los
caballas en la primera mitad fue propiciada por un saque de
esquina botado por Álvaro que, con ayuda del viento, estuvo
cerca de convertirse en ´gol olímpico´. Los otros dos
acercamientos ceutíes llegaron propiciados por Javi Navarro,
que probó suerte desde la frontal, y de un Txiki que en
tiempo añadido intentó sorprender a Wilfred desde fuera del
área. Pero ambas acciones se fueron desviadas.
Minutos fatídicos
La segunda parte arrancó por los mismos derroteros que en la
primera, con la única diferencia que esta vez el Portuense
fue capaz de transformar sus ocasiones. La primera
oportunidad la tuvo Sergio Narváez quien, al igual que
Paulino en el primer periodo, se plantó sólo ante Lledó para
ver como Santacruz le desequilibraba por detrás y el
colegiado señalaba penalti y expulsión del central cordobés.
Una pena máxima materializada por Paulino desde los once
metros, tras la que los ceutíes se quedaron con diez.
Cuando todavía el cuadro caballa intentaba recomponerse del
revés sufrido, y se estaba planteando como afrontar lo que
quedaba de encuentro, una falta lateral botada al corazón
del área, fue despejada por Javi Navarro con la mala fortuna
de que el esférico se alojó en su propia portería. Un fuerte
mazazo que dejó a los blancos tocados y hundidos, y al
choque visto para sentencia a falta de toda la segunda
mitad.
Con dos goles de ventaja el Portuense empezó a creerse que
el envite iba a caer de su lado, y se dedicó a destruir más
que a otra cosa el juego de un Ceuta que parecía vagar sobre
el terreno de juego. En esas habría que esperar unos
instantes, concretamente a la entrada de Castells, para que
el duelo recuperara una intensidad que parecía haber perdido
definitivamente.
Con el alicantino sobre el tapete el cuadro caballa empezó a
tener cierta movilidad, a raiz de la que surgió alguna
acción que otra acción de peligro. En la única jugada
hilvanada de todo el encuentro, en la que participaron todos
los hombres de ataque, el esférico llegó a Enzo quien, en
posición escorada, mandó el balón por encima del larguero.
El mismo destino que a continuación tendría un centro-chut
de Castells desde banda izquierda.
Viendo que la tarde se podía complicar para los locales, y
vista la incertidumbre que rondaba la grada, los rojiblancos
intentaron aumentar su ventaja por mediación de Jorge
Herrero, quien disfrutó de dos acciones. La primera de
cabeza, al rematar directamente fuera un balón colgado por
Zurdo, y la segunda al sacarse un disparo seco desde fuera
del área que Lledó detuvo rodilla en tierra.
Ya en la recta final de partido, en una falta de
entendimiento de la zaga local, Enzo pudo reducir la
diferencia si hubiera aprovechado un balón suelto, al
encontrarse sin oposición alguna. Pero el argentino
inexplicablemente remató fuera.
A poco del final Raúl Molina pudo firmar el tercero en un
mano a mano que Lledó desvió a córner sacando una mano
prodigiosa. Un tercer tanto que estuvo más cerca que el de
los ceutíes, en otro partido -tras el del Marbella- para
olvidar.
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El Ceuta perdió once jornadas después de hacerlo en Águilas
Antes de su visita al José del
Cuvillo, la última vez que la AD Ceuta había salido de vacío
fue el 4 de noviembre de 2007, en partido correspondiente a
la undécima jornada del campeonato nacional de liga, en su
visita a El Rubial donde los caballas cayeron ante el
Águilas por idéntico resultado de 2-0.
Así, once jornadas después, los blancos encajaron una nueva
derrota, que se convierte en la cuarta de la temporada.
Entre la visita a tierras murcianas y la de ayer a El Puerto
de Santa María, los ceutíes lograron cuatro triunfos y seis
empates que se traducen en dieciocho puntos de treinta
posibles. En ese intervalo de tiempo de casi tres meses, las
victorias fueron dos en casa, ante Mérida y Talavera, y
otras dos a domicilio, en Lorca y Mazarrón. Mientras que los
empates se sucedieron ante Alcalá, Algeciras, Jaén, Lucena,
Granada y Marbella.
Un racha sin perder que se vio truncada ayer.
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