Lunes. 21
Surge la conversación en la mesa donde comparto el
aperitivo. Intentan tirarme de la lengua para que me
pronuncie si es conveniente cambiar ya al presidente de la
Federación de Fútbol de Ceuta. Dije para mis adentros que no
iba a emitir ninguna opinión al respecto. Porque es ya bien
sabido lo que pienso de ese asunto. Y mantengo mi mutismo
mientras que oigo lo que uno de los contertulios cuenta.
Dice que hay una persona joven, con grandes conocimientos de
fútbol y que está dispuesta a disputarle la presidencia a
quien la ocupa desde que era futbolista Santiago Bernabéu.
Me entero del nombre del aspirante y me parece que sería un
acierto contar con él para ponerle al frente de ese
cometido. Aunque de sobra sé que el actual presidente
seguirá en el cargo hasta que quiera Juan Vivas. Y
éste ha dado ya muestras evidentes de que su amistad con
Emilio Cózar está por encima de toda duda. Se llevan
como si fueran hermanos. Y hasta creo que el presidente de
la Ciudad hará todo lo posible porque nunca se meta la
linterna en un organismo donde la contabilidad necesita ser
fiscalizada cuanto antes. Para que luego digan que Vivas no
es capaz de proteger a nadie ni dar la cara por un amigo. He
aquí, pues, una demostración palpable que tira por tierra el
concepto que del presidente de la Ciudad tiene mucha gente.
Así sabrán a qué atenerse quienes decidan, en su momento,
aspirar a la presidencia de la Federación de Fútbol de
Ceuta. Y no es mi intención desanimarles. Quede claro. Lo
que intento es que sepan a lo que se exponen.
Martes. 22
Yolanda Bel e Inmaculada Ramírez se han
declarado la guerra. Y cuando dos mujeres deciden reñir, lo
mejor es dejarlas que se despachen a gusto. Y no intervenir
si un día deciden agarrarse de los pelos. Me da a mí en las
pituitarias que la portavoz socialista, que tiene clavada en
el alma la mofa que hicieron de ella cuando el pleno de los
presupuestos, se ha juramentado para no pasarle una a la
portavoz del Gobierno. Por lo cual conviene estar atentos a
los enfrentamientos que se avecinan entre ambas diputadas.
De momento, IR le ha dicho a YB que siente compasión por
ella, debido a que considera que representa un papel de
mentirosa compulsiva oficial. Y todo porque la portavoz del
Gobierno, muy metida en su papel de mala, había acusado a la
socialista de no haberse preparado el pleno concerniente a
los presupuestos. Y, claro, ello ha sido como clavarle
banderillas de fuego a una Inmaculada Ramírez que, según me
cuentan, no tenía su día. Y ésta no ha dudado en vestir de
limpio a Yolanda Bel. Le ha dicho rastrera, servil,
autoritaria... y otras lindezas por el estilo. Además le ha
echado en cara que viva sólo y exclusivamente de la
política. Nada más leer lo ocurrido, me han dado ganas de
hablar con ambas y preguntarle si están dispuestas a
prometerme que esta riña será la primera de muchas otras.
Para no perderme ningún pleno. En fin, que Inmaculada
Ramírez y Yolanda Bel han dado la nota. Mientras sus
compañeros, siempre tan machistas, se estarán riendo por lo
bajinis.
Miércoles. 23
Quien me habla es persona muy conocida y criticada también
por quienes le achacan ser poderoso en la sombra. Tiene una
economía robusta y se conoce al dedillo todos los problemas
de la ciudad. Debo decir que no se muerde la lengua cuando
sale a relucir el nombre de Juan Vivas. “A partir de
ahora es cuando tendrá que dar la talla como gobernante
avezado. Y además haría muy bien en desprenderse de tantos
halagadores que, con sus continuos ditirambos, terminarán
haciéndole levitar a cada paso” Es la primera vez que le
oigo hablar con tanta claridad. Y le digo que estoy
sorprendido. Le tiro de la lengua en relación con la Manzana
del Revellín. Pero, dado que tiene muchas tablas, no entra
al trapo y me cuenta una historia para cambiar de tercio.
Aunque en cuanto finaliza le pregunto por Juan Luis
Aróstegui y a qué intereses cree él que está sirviendo
el secretario general de Comisiones Obreras. Carraspea. Se
ajusta el nudo de la corbata. Desvía la mirada. Tengo la
impresión de que se va a dar el piro conveniente. Me
equivoco. Rectifica y aguanta el tirón. “Mira, Manolo,
mis relaciones con Juan Luis Aróstegui son nulas. Porque, a
pesar de lo que crean otros empresarios, no es de fiar. A lo
mejor yo estoy equivocado. O tal vez sea que al saber
detalladamente lo que dio de sí su paso por el Ayuntamiento,
como concejal, no entiendo por qué no sale alguien que le
pare los pies de una vez”. A lo mejor Juan Vivas necesita
que alguien le ponga al tanto de ello. Mi respuesta parece
que le saca de sus casillas y me contesta con cierta
acritud: “Por favor, cachondeo el mínimo, ¿eh?...”. Usted
perdone, amigo.
Jueves. 24
La simpatía está considerada, en la primera acepción del
diccionario, como inclinación afectiva favorable y
generalmente espontánea hacia una persona. Pues bien,
ateniéndome a esa definición puedo decir que a mí me cae muy
bien José Mata. Con quien llevo ya muchos días sin
pegar la hebra. Sin embargo, sigo atento a sus inquietudes
como sindicalista y he comprobado cómo se la jugado el
secretario general de Comisiones Obreras. Lo que no
entiendo, de verdad, Pepe, que con tu dilatada vida sindical
te haya engañado de manera tan sencilla: es decir, por medio
de un pacto de caballeros en un bar entre UGT y CCOO. En el
cual se acordó que la central más votada se haría con la
presidencia del Comité de Empresa de la Asamblea. Y ahora te
encuentras con que los de Aróstegui, unidos a la CSI-CSIF-Sinpobal,
te birlan el cargo y te dejan más que con cara de tonto con
un cabreo monumental. A mí me dan ganas de decirte que
mereces lo que te han hecho. Porque tú sabes mejor que nadie
que un pacto de caballero, estando Aróstegui metido en el
ajo, es papel mojado. Palabra vana. Apretón de mano fofo.
Eso sí, siempre que no haya enfrente un empresario con mucho
poder de convicción. Me parece, además, que has pecado de
excesiva confianza. Y que ésta se ha producido al comprobar
que, últimamente, las relaciones entre Antonio Gil y
el ya reseñado Aróstegui son excelentes. Y esa confianza te
ha costado la presidencia que ganaste en buena lid. Me
imagino que a partir de ahora volverás a cuidarte mucho de
no unir ninguna de tus reivindicaciones con las de quien
sigue dando pruebas de ser lo que es: lo que tú me has
contado en no pocas ocasiones. Espero que se te pase pronto
el enfado. Máxime cuando lo ocurrido ha sido motivado por
descuido tuyo. Por una dejadez inconcebible en alguien tan
curtido, como tú, en el mundo sindicalista.
Viernes. 25
Me adentro en las noticias de “El Pueblo Televisión”, en
emisión de pruebas, y pincho en la primera, que corresponde
a la plataforma “Manzana Cultural”, motivada porque sus
representantes han presentado el manifiesto para comenzar a
recoger firmas. La cita fue en el Hotel Ulises. Lugar que
hace tiempo eligió Juan Luis Aróstegui para celebrar
todas sus verbenas. En esta ocasión, y dado que el
secretario de Comisiones Obreras carece de tirón y por tanto
su poder de convocatoria es nulo, el frustrado político
decidió cederle la palabra y el protagonismo a Luis
Francisco Jiménez “Chiqui”. El trabajo que le habrá
costado dar ese paso a la criatura. En cuanto a Chiqui, debo
decir que jugó su papel de manera más que aceptable. Lo
único que no me gustó, siendo como es él un hombre destacado
de la cultura ceutí y bastante acostumbrado a estar encima
de un escenario, es que se le notara demasiado que masticaba
chicle mientras oraba. Y ese desliz, por muy bien que él me
caiga a mí, me parece imperdonable en alguien que diserta
contra la herejía que significa violar un edificio,
destinado en principio a dar cobijo a la cultura, por medio
de un mercado de abastos. Y, naturalmente, tampoco creerá
Luis Francisco que yo me crea que la plataforma no se mueve
por intereses políticos. Se mueve por todos los intereses
políticos y económicos que significan siempre la presencia
de Aróstegui en cualquier acto. Otra cosa es que trate de
engatusar a la gente que necesite dejarse ver en festejos
como el presentado por ti. Y en cuanto a las personas que te
acompañaban durante la lectura del manifiesto, me vas a
permitir, dada nuestras buenas relaciones, que te pregunte a
qué se debía la presencia de Javier Cuenca
compartiendo cartelera contigo
Sábado. 26
Surge la conversación del partido que se juega mañana –hoy
para ustedes- entre la Asociación Deportiva Ceuta y el
Portuense. Y alguien que está siempre atento a lo que
escribo me recuerda que se ha cumplido lo que dije en uno de
mis escritos dominicales, hace ya su tiempo. Confieso que no
me acordaba ni del contenido ni de la fecha de ese artículo,
y el lector no tuvo inconveniente en refrescarme la memoria.
Te referías a que, más pronto que tarde, José Enrique
Díaz traicionaría a Diego Quintero y luego
saldría diciendo que él no quería sentarse en el banquillo.
Pero que esa actitud era una estratagema para aceptar la
propuesta que le haría la directiva si le firmaban un año
más de contrato como director técnico. Bien... ¿y qué?...
Pues que todo ha sucedido tal y como tú adelantaste. Mi
respuesta no podía ser otra que la siguiente: la jugada
estaba tan cantada que se veía a muchas leguas de distancia.
Sin embargo, si el equipo sigue ganando, lo que no deja de
ser una acción desleal cometida por Díaz contra un compañero
recomendado por él, se verá como un acierto. Y todos darán
por bueno el despido de un entrenador a quien aún no han
sido capaces de liquidar. Por más que aleguen que el caso
está sometido al criterio de quienes han de impartir
justicia. Por cierto, en el José del Cuvillo se van a ver
las caras dos técnicos que no se pueden ver ni en pintura.
De hecho, cuando firmaron a José Enrique, Carlos Orúe
tardó nada y menos en darse el piro. ¿Por qué sería...?
|