Bajo el lema de Senderos de historia, AVISCE lleva ya un
tiempo tratando de concienciar de que los fortines que
salpican el monte de Ceuta son “un patrimonio a conservar”,
explica Juan Redondo, presidente de esta asociación sin
ánimo de lucro.
“Si los ponemos en valor para el turismo”, señala,
“conseguiremos que su conservación sea una obligación para
la Consejería de Cultura”. De hecho, uno de los fortines, el
de Benzú, ya se perdió para siempre, y hay otros dos que
necesitan una actuación urgente para no venirse abajo, como
es del de Aranguren, situado sobre una falla, y el de Piniés.
Sin embargo, “esta restauración no debe hacerse de cualquier
forma”, lamenta el presidente de AVISCE, ya que para reparar
el Fortín de Francisco de Asís se emplearon materiales tan
modernamente disparatados para una fortaleza neomedieval
como el cemento.
El de Aranguren es también un caso aparte, ya que AVISCE
consiguió que se limpiase y mantiene su conservación, pero
desafortunadamente una falla le atraviesa por la mitad y una
gran grieta amenaza con partirle en dos.
“El de Aranguren le hemos pedido para que sea un taller
medioambiental, pero nos han contestado que tiene su
estructura dañada al estar ubicado sobre una falla y que
primero tienen que solucionar este problema”.
El Fortín de Aranguren, antes de que AVISCE reclamara su
limpieza, servía de cobijo a todo tipo de personas que lo
llenaron de escombros y basura, de arriba a abajo. “¡Tenías
que haber visto cómo estaba esto!”, me comentaban Redondo y
Jesús Gordillo, miembro también de la Asocación Virtual de
Senderistas de Ceuta, con quienes me recorrí ayer cada uno
de los fortines, eso sí, en coche.
No será de esta forma el día 1 de marzo, ya que a los cerca
de 300 senderistas que AVISCE espera congregar les espera un
recorrido de 6 kilómetros con premio al final: una paellada
en el entorno natural del Fortín de Aranguren.
Para esta jornada senderista, AVISCE cuenta con el apoyo de
la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que
participarán activamente en la marcha recordando que la
última utilidad que se les dio fue como puestos de
vigilancia de este Cuerpo.
“Otro punto importante es”, señala Redondo, “el valor que le
han dado las últimas expediciones de senderistas venidas de
la Península”: de Alahurín de la Torre, Coín, Churriana,
Fuengirola, Málaga o Marbella, entre otras; “y todos ellos
se quedan asombrados de la calidad de nuestros paisajes”, se
enorgullece el dirigente de AVISCE. “Estos grupos de
senderistas se han convertido en unos de nuestros mejores
embajadores en la zona de Andalucía, ya que dan a conocer
que en Ceuta existan senderos con bosques, fortines y la
vista del Estrecho.
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