Más de lo mismo y parece que
nuestras autoridades no aprenden de sus errores, se
empecinan en querer ignorar la realidad y se dedican a
esperar que un milagro les salve de la crítica situación en
la que les ha puesto la crisis hipotecaria de EEUU. En lugar
de aplicarse a seguir las instrucciones del señor Trichet,
del BCE, nuestros gobernantes, empezando por el señor
Presidente y continuando por el ministro de Economía, señor
Solbes, se han limitado a decir que “la economía española
está fuerte”, el primero, y que se trata de una situación
“puntual”, el segundo. ¡Vamos, que en España no pasa nada y
que podemos dormir tranquilos confiando en que el Gobierno
nos sacará del apuro!
Lo malo de querer meter la cabeza debajo del ala para
esperar a que la tormenta escampe por si sola, es que puede
ocurrir que la tormenta en lugar de amainar se empeñe en
convertirse en huracán y acabe por llevarnos a todos por los
aires de la banca rota y envueltos en los torbellinos del
desempleo, la insolvencia y la crisis en nuestros hogares;
consecuencia de que unos señores, a los que no les conviene
reconocer que lo que nos dijeron a finales de año, sobre la
fortaleza de nuestra economía, de la solvencia de nuestras
instituciones y de nuestra supuesta inmunidad ante los
problemas que ya se perfilaban en América del Norte; no han
sido más que mentiras encaminadas a distraernos del problema
que se nos avecinaba; para ver si, la suerte y el
transcurrir del tiempo, les permitían llegar al mes de
Marzo, sin que se notara demasiado que su mala gestión.
Tan poca vergüenza tienen que, el día después del gran crac
de las bolsas; sin tan siquiera esperar a ver en lo que
acababa la crisis, soñando en que sería cosa de unas horas,
echaron las campanas al vuelo acompañados por su
parafernalia mediática, que se ha empeñado en dar apoyo al
Gobierno –magnificando una tibia recuperación, un rebote
técnico de la Bolsa de poco más de un punto ( recordemos que
la víspera el batacazo fue de un 7’54. Se quiso quitar
importancia a los cuarenta mil millones perdidos por la
Bolsa, como si se tratara de una simple futesa sin ninguna
consecuencia. Dígaselo, señor Presidente, a los miles de
pequeños accionistas que, de la noche a la mañana, se han
quedado sin sus ahorros y verá usted lo que le van a
contestar. Y es que ustedes, incapaces de tomar las medidas
adecuadas, se han limitado a permanecer de brazos cruzados
para ver si sonaba la flauta por casualidad; ustedes que
tanto presumían de un superavit ficticio, ahora, después de
haber prometido el oro y el moro a los electores para que
los votaran, se encuentran en porretas y con la espada de
Damocles sobre sus cabezas, al haber previsto un incremento
para el año 2008 superior al 3%, que saben que ahora es
imposible de alcanzar.
Después de las bravatas del patético Solbes y las
infortunadas manifestaciones de ZP, el testarazo que hoy se
ha propinado la Bolsa española, en la que el IBEX ha caído
de nuevo un 4’56%, me gustaría que el señor Pepiño Blanco,
en lugar de cargar indecentemente contra la AVT , o la Vice
de la Vogue, aquella que llamaba alarmistas a los que
pronosticaban la crisis; no explicaran qué es lo que tienen
previsto hacer para sacar al país del bache en el que nos
hemos precipitado. El hecho de que, más de 50.000 oficinas
inmobiliarias hayan cerrado; que existan en España más de
800.000 vivienda por vender o que debamos al extranjero más
de 70 mil millones de las antiguas pesetas y, que el
desempleo vaya adquiriendo caracteres alarmantes; no es algo
que se pueda considerar una minucia ni que se pueda soportar
por mucho tiempo. El problema social lo tienen servido,
señores del Gobierno, Trajeron inmigrantes por demagogia y
ahora se los tendrán que tragar y evitar que se les mueran
de hambre, porque una masa de varios millones de personas
con problemas se convierte en incontrolable. Han fracasado
desde el principio al fin de la legislatura y ¡todavía tiene
la cara dura de querer que les voten de nuevo! Ya han hecho
bastante daño a España, no sigan.
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