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OPINIÓN - VIERNES, 25 DE ENERO DE 2008

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

El Papa rechazado en la Sapienza de Roma*

Por Jose Vicente Cobo Roman


Valientes estudiantes y docentes universitarios protestaron hace pocos días en Roma porque el Papa Ratzinger quería pronunciar un discurso en la Universidad romana «Sapienza». Los científicos fundamentaron su oposición, entre otras cosas, basándose en que Joseph Ratzinger, en el año 1990, cito al filósofo Paul Feyerabend. Fayerabend denominó el proceso contra Galileo Galilei como algo «razonable y justo». Los estudiantes dicen que quien desprecia de este modo la libertad de la ciencia, no puede hablar en una universidad.

Entonces sucedió lo inesperado: ¡El Papa renunció a la visita! Con ello ha demostrado que no tolera la crítica. Al parecer aún se encuentra en la tradición del Papa Bonifacio VIII, quien en el año 1303 fundó la universidad romana. Con un poco de anterioridad, este Papa había proclamado una bula que establecía: «Someterse al Papa romano es absolutamente necesario para toda persona, para alcanzar la salvación. Esto lo explicamos, afirmamos, determinamos y anunciamos Nosotros».

Los valientes estudiantes y docentes de Roma, después de 705 años han demostrado con su acción que no se quieren seguir sometiendo al Papa. Una muestra de verdadera sabiduría («sapienza»), y un momento histórico.

El Papa actual pone con gusto la palabra «razón» en sus labios, pero en realidad practica un oscurantismo medieval. Esto no sólo lo muestra su cita sobre Galileo, sino también el que fomente el exorcismo, la adoración que tiene por las reliquias y el que relativice la Inquisición. En la televisión alemana (programa «Kontraste», 1ª cadena, ARD, del 3.3.05) pocos meses antes de ser elegido Papa, confesó que la Inquisición «en parte era criticable», y después añadió: «Pero hay que decir que la Inquisición fue un progreso, ya que no se podía seguir condenando sin inquisitio, es decir, que tenían que tener lugar investigaciones».

Quizás aquí sea interesante citar lo que dijo Don Gabriel Amorth, el jefe exorcista del Vaticano, en la revista alemana «Der Spiegel» (7.1.08): «En el mismo Vaticano ya no hay ningún exorcista activo. En su lugar hay sectas satánicas. Están por todas partes. No se las ve. Pero existen. El demonio trabaja por todas partes. El diablo está en Fátima, en Lourdes, por todas partes. Y con toda seguridad está en el Vaticano...» En cualquier caso, con Jesús, el gran revolucionario y librepensador, todo esto no tiene nada que ver. Él fue un hombre del pueblo, que detestó toda ostentación. Las reacciones no se han hecho esperar. Políticos adeptos a la Iglesia insultaron a los estudiantes calificándolos de «intolerantes». Esto no es nada nuevo: Los representantes de la Iglesia siempre han hecho que las víctimas sean los autores del crimen —como en el caso de Giordano Bruno o Galileo Galilei—, y ellos mismos, es decir los hechores, tan pronto se les critica se declaran víctimas.
 

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