Como ayer les adelantaba, el
reciente comunicado firmado por cinco asociaciones
marroquíes (entre ellas la poderosa “Sáhara Marroquí”, de
inspiración muy real) envenena el futuro de las relaciones
con España, pues a la entendible (según parámetros
marroquíes) reivindicación territorial expansionista se unen
otras exigencias como la subida de pensiones a los antiguos
soldados que lucharon en el bando nacional durante la Guerra
Civil (ahí, por cierto, sí estoy de acuerdo: después de
jugarse la vida cobran cuatro perras), se vuelve a poner en
escena (sin fundamento científico alguno) ciertos bombardeos
con gases tóxicos durante la guerra del Rif (los crímenes de
guerra contra miles de indefensos militares rendidos y
brutalmente asesinados en Dar Quebdani, Monte Arruit… se
obvian, claro) y se restriegan los “asesinatos” (sic) de dos
ciudadanos marroquíes, presuntamente a manos de la Guardia
Civil, en el perímetro de la valla fronteriza: Mustafá
Lahrach y Mustafá Zoubair; finalmente, se anuncia una rueda
de prensa en el islote de Perejil con la bandera de
Marruecos ondeando… antes de las elecciones del 9 de marzo,
un farol y ya les contaré más.
Por otro lado y según escribo estas líneas me llega la
peligrosa y oportunista convocatoria para hoy viernes
(casualmente el día de la “jutba”, el sermón comunitario de
los viernes en las mezquitas) de un conocido político local
musulmán con pretensiones, llamando a la población ceutí a
manifestarse solidariamente con Palestina. Mohamed Alí
Lemague, político de corte “españolista” (yo eso no lo pongo
en duda, pero será por lo que España tiene de “Al Andalus y
como emirato, en todo caso, del futuro Califato islámico),
poco amigo del Marruecos oficial pero simpatizante del
alegal (y radical) movimiento “Justicia y Espiritualidad”
(del visionario “cheikh” Yasin) esconde celosamente, pese a
su aparente talante progresista, un larvado pensamiento de
corte fundamentalista (al tiempo).
Mentalmente y mientras me llegaba la demagógica convocatoria
de Alí Lemague yo metía el culo, sacaba el pecho y silbaba
la “Hatikva” (Esperanza) en mi soberana intimidad: “Kol od
balevav penima - Nefesh yehudi homiya Ulfa’atei mizraj
kadima Áyin letzion tzofiya. Od lo avda tikvanetu Hatikva
bat shnot alpayim: Lihot am jofsi be’artzenu - Eretz Tzion
v’Yerushalayim”.
Por cierto, una preguntita para el político islamista
“caballa”: durante la última crisis de las relaciones
bilaterales hispano-marroquíes el Primer ministro del país
vecino, Abbas El Fassi, tuvo la obscena y grosera audacia de
comparar la situación de Ceuta y Melilla con la de
Palestina: ¿qué opinas amigo?, porque ese hubiera sido un
buen momento para salir al paso, ¿no crees?. Y otra cosa
Lemague: ¿dónde estáis tú y los tuyos cuando los terroristas
de Hamás o Hizbolá bombardean poblaciones civiles y masacran
sin piedad, con las bombas de sus asesinos, a mujeres y
niños?; ¿qué opinas de las intenciones de la República
Islámica de Irán de exterminar, literalmente, a Israel?
Total, como se trata de judíos… Y otra cosa: en la Arabia
preislámica convivían con el resto de sus habitantes, en
Yatrib ya sabes, la actual “Medinat al Rasul”, cuatro tribus
judías; ¿Sabes qué fue de ellas y cómo acabaron sus días?.
¡Hermoso ejemplo de “tolerancia” desde el principio de la
nueva Era del Islam!. ¿O no?
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