Estaba bajando con mi moto la
terrible pendiente del Recinto Sur, justo al lado del
Ambulatorio del mismo nombre, cuando sin previo aviso uno de
los pequeños armatostes, puestos al servicio de las obras de
Contratas, dando marcha atrás se interpuso en mi camino. El
frenazo que tuve que hacer era digno de figurar en los
anales de antología: de cabeza al suelo y desgarro total de
la piel de la pierna derecha a la altura de la rodilla. Un
arrancamiento de piel digno, a su vez, de figurar en los
libros sobre técnicas sádicas que ni el Marqués de Sade.
Bueno, paso que mi propia ciudad me esté resultando gafe,
como bien dice al gerente del diario Ángel Muñoz que se pasa
todo el tiempo tocando madera, pero no es por eso por lo que
me mosqueo sino que muchas cosas veo yo manipuladas en la
ciudad.
Para empezar, los medios de comunicación tienen determinadas
tendencias cuando escriben o informan de política y ello
conlleva que tengan que utilizar la mentira o la
tergiversación de informaciones para llevarse el gato a su
particular huerto.
Escribo lo del precedente párrafo en referencia a ciertas
informaciones conducidas de manera tan mezquina con el único
objetivo de perjudicar a determinado partido en sus
legítimas aspiraciones depositadas en el voto del pueblo.
Mucho se ha escrito sobre la supuesta intención de los
socialistas en referencia a Ceuta y Melilla, cuando la
verdad no es más que una escabechina de los moros, con su
jefe espiritual a la cabeza, aprovechándose de la situación
coyuntural de la política española, tiempo de elecciones, y
tratando de camuflar un estrepitoso fracaso político ante
sus propios ciudadanos marroquíes, en referencia a la visita
de los Reyes, con esa supuesta “hoja de ruta”.
Lo malo no está en esa disquisición del Reino de Marruecos,
lo malo está en la tendencia suicida de algunos medios de
comunicación españoles que les hacen el juego y las ganas
del PP por enterrar a su enemigo número uno, sea como sea,
con el único objetivo de aupar al partido conservador al
gobierno de la nación con maneras tan poco éticas y dignas
de Richelieu.
Hablando del francés, la salida de tono del presidente de
ese medio digital, que no es absolutamente imparcial como da
a entender con su título, escribiendo sobre la ley electoral
y mezclando a políticos, que sí influyen en las elecciones
finales, produce una mezcolanza de asco y ganas de mandarlo
al país de La Porra, por usar palabras menores, mencionando
su pasado crítico a través del “ABC verdadero” y con ello
dando a entender que el actual ABC es falso. ¡joer!
Sabiendo como sabemos que los ciudadanos españoles, en su
gran mayoría, pasa de leyes electorales hasta los mismísimos
del doctor Cojonciano, no veo porqué hace suya una
suposición que para nada tenemos en mente. Escribir que es
todo un clamor general la necesidad de reforma de la Ley
Electoral, es una mentira arriesgada y más proviniendo de
quien sienta su trasero en una poltrona de la Real Academia
Española. Será un clamor general de la gente del PP que
considera que de la manera en que quieren reformar la Ley
Electoral obtendrían las riendas del Gobierno y con ello
machacar las aspiraciones de ciudadanos refrendados por la
propia Constitución. Por suerte Mariano Rajoy no está por la
labor de reunirse con su acérrimo enemigo, si no es en duelo
estilo oeste a ver quién es más rápido pero con móviles en
vez de pistolas, para pactar una reforma que de estabilidad
al país…
En cuanto a las encuestas que publican, no me canso de
repetir, éstas son tan claramente manipuladas que ya
resultan ser capítulos repetitivos de cuentos chinos si
tenemos en cuenta la de fracasos que llevan cosechados esas
encuestas partidistas. En lo único que estoy de acuerdo es
en que Ceuta es un feudo derechista interesado y, para lo
poco que cuenta en el conjunto de la nación, no es de
preocupar. Otra cosa sería si se eligieran más de cinco
diputados y otros tantos senadores. Otro gallo cantaría.
Yo, de nuestros políticos, haría bien en dejar correr los
ataques a los demás partidos y centrarnos en los auténticos
problemas de la ciudad. Primero porque los votos de los
ceutíes no decidirán quién nos va a gobernar a nivel
nacional, mientras que el de los catalanes tienen un peso
muy concreto, por poner un ejemplo. Y segundo porque dentro
de la incertidumbre de quién saldrá elegido, es mejor tener
buenas relaciones y no pinchar la tentación so pena de que,
efectivamente, el que salga elegido use su poder en contra
de los intereses de los ceutíes, que no de nuestros
gobernantes.
Para terminar, tal vez pueda sugerir a nuestras autoridades
que gasten un poco más en reparar nuestras calzadas, de casi
todas las calles, y hacerlas más seguras. El cemento que
utilizan, en alfombrarlas, es más parecido a las pistas de
hielo por cuanto los patinazos de las motos están a la orden
del día y el agarre del inexistente asfalto es nulo. Lo digo
por experiencia y… con dolores en la pierna derecha.
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