Mustafa Mizzian debe estar
todavía reponiéndose del ataque de risa nerviosa que le
habrá causado la negativa de Mohamed Alí a formar
parte del Gobierno presidido por Juan Vivas. Porque
Mizzian, el político que más ha ayudado a los populares en
momentos cruciales, se dio cuenta de que la oferta a la UDCE
estaba encaminada a dejarle a él sin el cargo que le habían
prometido los gobernantes durante el Plan Especial que se
hará en el Príncipe Alfonso.
Es una verdad indiscutible que a la coalición UCDE-IU le
sentaba muy mal, pero que muy mal, lo que se anunciaba como
algo que pronto se convertiría en una realidad: el
nombramiento de Mizzian como persona de suma confianza del
gobierno local, en una barriada donde hay en juego
innumerables votos. Durante meses, el otrora líder exitoso
del PDSC ha estado esperando la llamada de Pedro Gordillo
para que le dijera que lo suyo estaba ya resuelto.
Pero los días pasaban y cuando MM decidía preguntar por su
nombramiento le contaban el cuento del alfajor y,
lógicamente, la intranquilidad se iba apoderando de él hasta
causarle trastornos físicos. Porque, dado que de tonto no
tiene un pelo, se percataba de que le estaban dando largas.
O sea, que estaban jugando con él... Pues las excusas que le
daban no tenían ni pies ni cabeza.
A Mohamed Alí no le gustaba la idea de que MM obtuviera un
papel destacado en el Plan Especial del Príncipe Alfonso. Y
no hace falta ser adivino para pensar que sigue en sus trece
y que hará todo lo posible para que ese nombramiento no se
produzca nunca. Pues ello sería como permitir que alguien
trate de disputarle los votos en un terreno que él considera
ganado para su causa.
Así, el hombre fuerte de UDCE-IU no dudó en dejarse
fotografiar con Gordillo a cada paso y éste daba siempre la
impresión de que su buen hacer daría los frutos
consiguientes: convertir a Alí en un apéndice del PP. Eso
sí, a costa de incumplir las promesas hechas a quien había
que pagarle los servicios prestados años atrás. Lo cual no
es tarea difícil. Ya que MM es para el PP una vieja gloria
de la política a quien se le hará su homenaje para
agradecerle sus servicios prestados, cuando convenga a la
causa del Gobierno.
Mas en política los hombres proponen y el diablo, en forma
de intereses nunca claros, juega su papel y da al traste con
todo lo ideado.
Y ahora tenemos el siguiente cuadro. Mizzian, una vez que
consiga dominar su risa nerviosa, recuperará el resuello
perdido y volverá a pensar que muy pronto será publicado su
nombramiento como figura principal en el Plan Especial del
Príncipe. Mohamed Alí seguirá sacando pecho. Pues está
convencido de que su renuncia a formar parte del Gobierno
popular le permite llamar nuevamente a las puertas del PSOE
para que lo acojan en su seno. Y lo hace reclamando el mismo
papel que los socialistas de Melilla le han dado a
Mustafa Aberchan. Y todo ello apelando a su manifiesta
condición de progresista. Y nos queda, para cerrar la
columna, referirnos a Gordillo. Quien se ha expresado con
rotundidad: Que no crea Mohamed Alí que le vamos a permitir
que se apunte ningún tanto en la reforma del Príncipe ni
tampoco en lo tocante a la gratuidad de los autobuses... El
siguiente paso debería ser anunciar lo de Mizzian a bombo y
platillo. Pues las elecciones generales, aquí, se las
llevará el PP de calle.
|