Cuentan los grandes jugadores de
cartas, sobre todo los profesionales del poker, que les
basta un sólo movimiento de algún músculo de tu cuerpo para
saber la jugada que llevas. Y si ellos, los profesionales de
este juego, lo dicen sus razones tendrán. Por eso el buen
jugador debe saber en qué momento, debe ir a por todas para
ganar la partida. El no saberlo, que duda cabe, le costará
perder ese envite y, por ende, la partida.
Mismamente, en esta tierra, se han hecho jugadas tan malas,
por parte de algún que otro aficionado, que ha dejado su
jugada tan descubierta que hasta el más tonto del pueblo se
ha dado cuenta. Bueno, a decir verdad, el único que no se ha
enterado era el jugador que había frente a ellos, quien a
pesar de recibir los consejos de los jugadores
profesionales, avisándole de la jugada que llevaban sus
contarios, arriesgo el todo por el todo y perdió la partida.
A veces la egolatría te juega una mala pasada. Se creyó que
era inauténtico tahúr en ese juego y sólo era un mal
principiante.
Tengo el convencimiento de que, Ruiz Gallardón, ha jugado
mal sus cartas a pesar de tener todos los ases en sus manos.
Cosa incomprensible de quien nació para ser un gran
político, que ha jugado sus cartas, hasta ahora, de forma
perfecta pero que ha sorprendidos a todos, realizando una
jugada que, de momento, no tenía razón de ser.
Como, desde mí particular, personal e intransferible punto
de vista, la decisión tomada por Rajoy, ha sido en el
momento más inoportuno. Si el líder, del Partido Popular,
tenía en mente no llevar en sus listas al Congreso, ni a
Gallardón ni a Esperanza, en el momento en que ganaron las
elecciones a la alcaldía y la Comunidad, después de
felicitarles debió advertirle públicamente, a ambos dos, que
no contaría con ellos para el Congreso de los diputados. Y
aquí paz y allá gloria.
No se hizo y, por todo ello, se ha llegado a la situación en
la que se encuentran en la actualidad. Dándole bazas a los
contrarios para que tengan donde agarrarse y por donde
atacar, sabiendo que en esos ataques pueden encontrar una
grieta en la línea de flotación de los populares.
Es más, si yo hubiese sido Rajoy que, por supuesto, no lo
soy sin duda alguna hubiese llevado a Gallardón en mis
listas, por una razón muy sencilla. Hay dos millones de
votos flotando, esos que no tiene definido a quiénes
votarán, pero que te ganan unas elecciones, que Gallardón,
tendría grandes posibilidades que una gran mayoría de eso
votos fuesen par él. Pero doctores tiene el Partido Popular
para saber el motivo de no llevar a Gallardón.
Sin embargo, a pesar de todo lo que dicen de que, el alcalde
de Madrid, después de las elecciones generales hará mutis
por el foro dejando la política creo, con toda sinceridad,
que no la hará porque cuando se nace para una cosa, nadie
abandona el camino. Y él, Gallardón, nació para ser un
político de altura y seguirá en la brecha, hasta llegar a
donde tiene que llegar. Nadie puede luchar, en esta vida,
contra su propio destino. La última jugada ganadora la tiene
en sus manos y no la va a tirar. Tiempo al tiempo.
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