Lo de la “célula de reflexión” y
la propuesta de “Soberanía compartida” con el Reino de
Marruecos estaba cantado y era cuestión de tiempo, yo ya lo
adelanté hace años (ahí están las columnas, testigos mudos
pero elocuentes) atreviéndome incluso -con los indicios que
obraban en mi poder- a indicar el horizonte 2010 como fecha
probable, siempre claro que el Presidente por “accidente” de
esto que aun se llama España, José Luis Rodríguez Zapatero,
siguiera en La Moncloa a donde llegó -¿recuerdan?- de
aquella forma: ¿será la apertura de negociaciones sobre el
futuro de Ceuta y Melilla una de los efectos colaterales del
11-M…? Incluso por mantener la tesis de la entrega de estas
ciudades españoles, en otro medio de esta ciudad un
retroprogre llegó a contestarme con algo así como “Miedo me
da”. Ya. Durante el año pasado fui más explícito: adelanté
la existencia de conversaciones en esta dirección entre
Madrid y Rabat, emplazando al titular de la Delegación de
Gobierno en Ceuta a desmentirme si estaba equivocado. Porque
lo que escribía era grave. Ominoso silencio entonces (el que
calla otorga) desde la Plaza de los Reyes aunque ahora, con
los nuevos datos, Don Genaro debería (va en el cargo) salir
a la palestra.
El artículo aparecido ayer en “El Imparcial” firmado por
Pedro Canales, según el cual fuentes del Palacio Real (el
verdadero centro de poder en Marruecos, dejémonos de
eufemismos) habrían confirmado la disposición del Presidente
Rodríguez Zapatero a negociar la cosoberanía de Ceuta y
Melilla es, además de valiente, oportuno y viene a arrojar
luz y taquígrafos sobre el devenir de la actual perspectiva
en las relaciones bilaterales hispano-marroquíes.
Lo que no encaja en el juego que estamos viviendo es la
siguiente contradicción: mientras desde la diplomacia el
Gobierno de la Nación, siguiendo órdenes del Presidente
Rodríguez Zapatero, sigue una política filomarroquí
(tradicional en el PSOE) alentando la posibilidad de la
apertura de negociaciones sobre el futuro de ambas ciudades,
el sector promarroquí de Ceuta liderado por Mohamed Hamed
Alí (actualmente presidente de la FEERI, Federación Española
de Entidades Religiosas Islámicas) es ninguneado y
postergado en el diálogo con la comunidad islámica, mientras
se potencia tácitamente a un islamismo radical “españolista”
representado por la UCIDE y peligrosos y oscuros movimientos
como el “Tabligh”. Mohamed H. Alí nunca se ha ocultado y de
ello he hablado con él en numerosas ocasiones: es favorable
sin lugar a dudas a las tesis de Marruecos, pero de ningún
modo apoya encubiertamente al terrorismo como otros, como el
“jai” Laarbi Maateis... Algo ahí no encaja y diré más: si la
Ciudad Autónoma estimó oportuno nombrar “non grato” a
Mohamed Hamed Alí, ¿por qué no hace lo mismo con el
diplomático Máximo Cajal…? Quedo a la espera y mañana más,
con un último adelanto: la apertura de negociaciones con
Rabat sobre la cosoberanía de Ceuta y Melilla, sería uno de
los precios pagados por Zapatero para cerrar la crisis
diplomática abierta tras la visita de los Reyes de España a
estas históricas Plazas de Soberanía, encajadas
administrativamente como ridículas Ciudades Autónomas. Ya lo
escribí en su momento: ni estaba tan contento ni lo veía
claro.
|