Ha sido muy clara la portavoz del
gobierno local, Yolanda Bel, cuando expresó la voluntad del
Ejecutivo respecto de la negativa de UDCE a integrarse en la
acción de gobierno de la Ciudad Autónoma, “colaborar
significa formar parte de las decisiones y cualquiera que
siga queriendo colaborar con el Gobierno será bienvenido”.
Además añadió que la “UDCE-IU fue la más receptiva a la
sugerencia del Gobierno; si sigue con esa actitud nosotros
seremos receptivos con ellos”, analizó la portavoz para el
devenir a partir de ahora.
Alí ha dicho a los cuatro vientos que su UDCE “no se vende”.
Esta afirmación no es una contestación al PP, ni mucho
menos, sino que es para otros que han intentado ‘minar’ el
acercamiento político desde todos los frentes “políticos y
mediáticos”. La formación localista podía tenerlo claro,
pero en este ‘juego’, muchos han dado su verdadera cara a
Mohamed Ali... y al PP. Han quedado al descubierto y se les
han visto sus intenciones.
Sin embargo, la verdadera esencia de la petición del PP a
UDCE-IU radica en la generosidad y en un concepto de Ceuta
en general donde se prioriza la estabilidad y la cohesión
social. Máxime cuando con 19 escaños a los populares no le
haría falta acciones políticas tan generosas. Por eso mismo
ha de tenerse bien en cuenta este importante acercamiento,
que perdurará por el bien general de Ceuta y que partió de
un gobierno popular, lo que implica una carga de razonable
planteamiento liberal. Justo donde no ha sido capaz de
llegar el progresismo ceutí, más entretenido, en sus
minucias internas.
Los udecistas deben considerar que la acción planteada por
el PP es sinónimo de respeto por la representatividad que
ostenta UDCE, algo que por cierto no fue tan considerado por
quien abandera el progresismo nacional cuando cerró puertas
en torno a la unidad de la margen izquierda de la política
en Ceuta.
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