Ahora que todavía no se ha
empezado a mover oficialmente lo que va a ser la campaña
electoral del 9 de marzo, por aquello de que “lo importante
es hacer ruido” vuelven los empujones por la famosa “manzana
del Revellín”.
Y en esa movida, lo de movilización me parece fuerte, no
podía faltar Aróstegui o su grupo político, y quienes les
dan cancha.
Yo no voy a entrar en si tiene razón o no Pedro Gordillo
cuando dice que la susodicha manzana es una herencia de
Aróstegui cuando estuvo en el Ayuntamiento en Hacienda. Pero
lo que sí le diría a Pedro Gordillo es que acordarse de
cuando Aróstegui estaba en el Ayuntamiento es pensar en
prehistoria, o estar pensando en la época en la que
cualquier grupúsculo, aunque fuera “a sartenazos” tenía
posibilidades de llegar, y luego, se pasaban corporación
tras corporación “discutiendo sobre la llegada a la
estrellas” pero la ciudad no progresaba mucho.
En la manzana del Revellín suelen aparecer demasiados
nombres, se tira demasiado barro, intentando que salpique a
cuantos más mejor, pero el que no aparece casi nunca, no sé
por qué privilegios, y eso que fue uno de los que más
participó, es el tal Simarro, del grupo del Gil, que
traicionó a su grupo, juntamente con algunos otros, que dejó
con las posaderas al aire a muchos y que, de la noche a la
mañana, se fue a sus tierras aragonesas. Sería interesante
que alguien se preocupara, si es que en su día no se
preocupó de revisar sus cuentas bancarias. Y como su paso
por la Ciudad Autónoma tenía que dejar su marca personal,
ahí dejó colocados para años y años a algunos amigotes
suyos, y de la manzana no parece probable que se llevara
únicamente las pepitas.
Tengo que volver al inicio, cuando veo en un medio de fuera,
pero que también se vende aquí como si fuera de Ceuta, que
el PSPC saldrá el próximo jueves a la calle para leer un
manifiesto intencional.
Es cierto que hay otros grupos, también, interesados en esa
salida a la calle y que a la hora de la verdad salvo el PP
todos los demás estarán en contra.
Ahora bien, y sus razones tendrá cada uno de manifestarse
libremente, lo que cuenta en democracia son los votos y los
representantes que tiene cada grupo, con lo que sumando
todas las representaciones que irán frente al PP no
representan ni el 20% de lo que tiene en Ceuta el Partido
Popular, por lo que la marcha lo único que puede lograr son
partidarios para las próximas elecciones, pero hoy por hoy
lo que decida el Gobierno de la Ciudad es lo válido a
efectos legales democráticos, luego ... ya veremos.
Aróstegui, pues, se presenta como adalid de este movimiento.
Otra publicidad que se hace, pero cuando llegan los votos,
él y su partido aparecen con menos apoyos que la Falange de
Hornachos, con lo que lo que este diga se parecerá a lo que
decía la Sibila de Cumas o el Oráculo de Delfos: nada de
nada.
Y otro color con su correspondiente cinta ahora. Aquí
tendremos el lazo verde en la solapa, como color de la fruta
prohibida. Tratan de que, a partir de ahora, esa será la
insignia identificativa de los ceutíes que están en contra
de la integración del mercado central en la manzana del
Revellín.
Si soy sincero, no puedo decir si ahí estará mejor o peor el
mercado que donde está, porque de la manzana del Revellín
sólo conozco los andamios, desde hace varios años.
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