Las II Jornadas de Participación y
Ciudadanía que el Consejo de la Juventud de Ceuta organizó
entre el 11 y el 13 de junio han dejado como resultado un
retrato muy ajustado de cuáles son las necesidades de los
jóvenes caballas a corto y medio plazo, pero también a
largo, una perspectiva de la que erróneamente se suele
suponer que los adolescentes carecen.
El conjunto de propuestas que, con innovadoras dinámicas de
trabajo aparentemente desordenadas, han salido de dichas
Jornadas es digno de un análisis más detallado. A los
jóvenes les preocupa el ocio, pero ni mucho menos sólo eso.
Las demandas planteadas por los participantes en el evento
abarcan desde el Medio Ambiente, tan en boga actualmente,
hasta las iniciativas necesarias para facilitar su
emancipación, para favorecer su integración en el mercado
laboral, para encontrar vivienda o para conseguir una
formación más completa.
Más allá, los jóvenes ceutíes reivindican una perspectiva de
género en todos los ámbitos de la vida pública local; más
educación sexual; más iniciativas que favorezcan la
integración en un mundo cada vez más diverso y
multicultural; más infraestructuras; más atención hacia los
discapacitados...
La larga lista de propuestas planteadas a la Consejería de
Juventud es una buena prueba de que, cuando las cosas se
hacen bien, salen bien. Si el I Plan Ceuta Joven, que ya ha
entrado en su segundo y último año de aplicación, está
empezando ahora a dar resultados visibles, el II será sin
duda un instrumento aún más valioso si durante los próximos
meses los responsables políticos saben valorar e incluir
entre sus prioridades las de ese sector de la población al
que se dirigen.
De poco sirve aplicar políticas, medidas y proyectos a
espaldas de quienes las van a recibir porque estos son
precisamente quienes mejor conocen cuáles son sus carencias.
Dar el primer paso escuchando es, sin duda, darlo más
seguros.
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