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OPINIÓN - DOMINGO, 20 DE ENERO DE 2008

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Impresiones de un usuario del Hospital Civil


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Quienes tienen la costumbre, curiosidad, tiempo o simplemente les gusta leer nuestros artículos, habrán observado que hemos faltado a la periódica cita que, desde hace casi tres años, venimos publicando en este nuestro diario. Pero imponderables de fuerza mayor han ocasionado la ausencia, situación no imputable a nuestra voluntad sino a una complicada afección pulmonar que, de pronto, puso de manifiesto en nuestro organismo una falta de oxígeno que se temía pudiera ocasionar complicaciones renales o cardíacas graves que, por la rápida actuación de los facultativos que nos atendieron, hemos podido eludir y nos encontramos ya en nuestro domicilio, después de diez días de tratamiento hospitalario. Hoy, hay que dar de ello gracias a Dios, nos encontramos casi totalmente restablecidos y como se puede observar hasta con ánimos enervados de continuar en la brecha.

Y no seríamos honrados (al contar nuestras impresiones como usuarios del Hospital Civil) si no mencionáramos el trato, tanto clínico como humano, recibido durante nuestra estancia en el mismo que tiene, sería obvio silenciarlo, sus deficiencias por sus obsoletas instalaciones, pero salvadas todas con la diligencia, la profesionalidad, el especial trato tanto de Médicos en Planta como en el servicio de Urgencia u Observación, (¡qué humanidad la de estos profesionales y que ánimos dan a quienes están necesitados de unas palabras de aliento en trance tan difícil como el de una enfermedad grave que obliga a permanecer postrado en una cama hospitalaria, con lo que ello impone y supone), Personal de Enfermería, Auxiliar, Mozos, Limpiadoras, sin que se nos puedan olvidar a los estudiantes en prácticas que colaboran en los menesteres propios del Hospital que, dicho sea de paso, como hemos comentado y es público y notorio, adolece de ciertas comodidades (que quizás sean debidas a la inminencia de apertura del nuevo que se esta construyendo) pero con una plantilla de personal facultativo (escaso según nos comentaban los mismos empleados) de primer orden que hacen olvidar estas deficiencias y que infunden al enfermo un impulso moral y afectivo que coadyuva a tener total confianza en la actuación del médico que nos atiende y, por ende, a reconocer la excelente labor profesional que, a pesar de otras connotaciones en el trato que algunas personas les dispensan, saben sobreponerse y cumplir con exceso las obligaciones que les impone su profesión. A todos, por si les pudiera servir de estimulo y satisfacción, nuestro reconocimiento al tiempo que el agradecimiento sincero por las atenciones que de ellos hemos recibido. Dice el refrán, por otro lado, que el amigo en la necesidad, y así nos encontramos casualmente en la habitación 308 con Rafael García, tratado de una afección cardiaca (a quien nunca agradeceremos lo suficiente el ánimo y apoyo moral que nos brindó) y Mohamed con una enfermedad terminal y sus familias o acompañantes. Todos formamos una piña familiar y así Rafael y su esposa e hijos y la de Mohamed, su esposa y hermano Hossaín, en unión de la nuestra, formamos un auténtico equipo de auxilio y ayuda mutua que nos dejará para siempre una estela de sincera estimación afectuosa.

Nos queda nuestro pesar por quienes, amigos nuestros, permanecen aun en lecho del dolor como el Dr. Ascaso Señor (a cuya esposa Marisol e hijos, principalmente a Tomás, desde estas líneas les enviamos nuestros deseos de pronta recuperación y elevamos a Dios nuestras preces por el mejoramiento de su salud), así como también enviamos estos deseos a Manolín Gómez, el conocido exfutbolista, Manolo (conductor del P.M.), a Isidoro Iglesias Inspector Jefe de Policia con quien tuvimos la satisfacción de compartir labores profesionales y, en definitiva, a cuantos sufren y padecen en la siempre triste y penosa cama de un hospital.
 

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