Entresaco de los Cuadernos robados
de Manuel Azaña, Diarios, 1932-1933, lo siguiente: “La
política está apestada de necedades y miserias, de
vanidades, de torpes intenciones; y mi enojo parece
pretender que se realizase una política sin bajezas”. Azaña
era todo un carácter, y sin duda esa firmeza es la que le
hace padecer, según él, el mundillo de una política con el
cual no transige.
Sin embargo, y tras reconocer que normalmente no puede
llegarse a la cumbre del poder político y conservar la
integridad y entereza del propio ser, con la vitalidad de
los veinte años, si uno ha ido sufriendo las mutilaciones de
una larga carrera, Azaña declara que está interiormente tan
recio y tan en su ser como hace veinte años, porque él no ha
hecho carrera política.
Luego se recrea en la suerte y nos deleita con las
siguientes frases. Una. “El ejercicio de la inteligencia
crítica me ha salvado siempre de mezquindades y ruindades;
ni las he cometido yo, ni me he dejado prender en las
ajenas”. Dos. “Una forma de la felicidad será la certidumbre
de que voy a usar el Poder en bien de mi país. Y acaba con
esta monumental media verónica:
-A Miguel Maura puede aplicársele lo que su padre le
dijo una vez a Romanones: que para ser político no basta el
arrojo.
Largo introito, sin duda, pero que he elegido porque los
pensamientos de Azaña siguen teniendo un interés
extraordinario, a pesar de haber transcurrido 75 años desde
que éste los escribiera, sobre todo para quienes deciden
dedicarse a la política activa.
Juan Vivas ha hecho de la moderación una forma de
vida. Y trata por todos los medios de practicarla como
presidente de la Ciudad. Le aterran las actuaciones y
comportamientos excesivos. Ante esas situaciones prefiere
guardar la calma y replegarse hasta que amaine el vendaval
de los desencuentros verbales.
Su comportamiento está mal visto, en ocasiones, incluso por
quienes le profesan afecto; mientras los adversarios, más
bien enemigos, no dudan en calificarlo de pusilánime. En
ello se distingue el siempre frustrado Aróstegui. No
obstante, conviene decir a favor de Vivas que actualmente se
cotizan los políticos con mesura, sobriedad, templanza...
Vivas tampoco ha tenido que luchar contra viento y marea
para llegar a la cumbre del poder político de su tierra. No
ha sufrido la menor mutilación y, desde luego, su desgaste
apenas es perceptible. De modo que se encuentra aún
disfrutando de una integridad y entereza repleta de
juventud.
Que yo sepa, no sé si Aróstegui podría llevarme la
contraria, la inteligencia crítica del presidente de la
Ciudad le habrá librado de cometer mezquindades y ruindades
y me imagino, por tanto, que estará en disposición de no
admitirlas. Y creo, además, que sus ratos de felicidad serán
debido al convencimiento de que está usando el Poder en bien
de Ceuta.
Llevaba razón Azaña al destacar que no bastaba el arrojo
para ser político. Axioma. Pero sí es cierto que el valor es
una cualidad que conviene tener a mano para usarlo en los
momentos cruciales. Para trasladar el Mercado de Abastos a
la Manzana del Revellín vale con aplicar la legalidad. No
obstante, si en algún momento el presidente tuviera que
sacar a relucir el coraje adecuado, tampoco pasaría nada.
Todo antes que ceder ante el intento de acoso y derribo por
parte de un don nadie. Lo cual sí que sería cometer un grave
error.
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