No voy a escribir de biología, que
más quisiera yo que saber algo, en condiciones, de esta
ciencia. Voy a hablar de fútbol y concretamente del Real
Madrid, al que se le cayó la primera hoja del trébol, en su
propio campo y frente al Mallorca.
Me alegra que el Mallorca de Gregorio Manzano logre éxitos,
porque el entrenador mallorquín es uno de los técnicos más
educados de nuestro fútbol y además de educación, que es
básica en cualquier faceta de la vida, también conoce, y muy
bien, su oficio.
Pero el Madrid, en su propio campo, tendría que haberse
quedado con el triunfo y con la eliminatoria, para no dejar
con la boca abierta, al parlanchín de su presidente, que lo
único que hace, cada vez que habla es meter la pata, y como
habla más de la cuenta, las 24 horas del día está metiendo,
sino la pata, al menos los dos pies.
Ya a finales de la pasada campaña, el mismo Mallorca se las
hizo pasar moradas a los merengues, que necesitaban,
imperiosamente, ganar para ser campeones. Y ganaron pero fue
porque en aquella ocasión sacaron el espíritu de Capello,
con el que ganaron la liga que más perdida tenían por estas
fechas. A cada uno hay que darle lo suyo.
Ramón Calderón, el presidente del Madrid, ha venido hablando
de lograr los tres trofeos que estaban en juego, ha
pronosticado el triunfo en todo lo que movía un balón, y ha
pronosticado como si eso fuera comprar una bolsa de
peladillas, que la Liga, La Champions y la Copa serían para
el Madrid.
De momento, y bien que lo siento, la Copa del Rey ¡¡Y van
quince sin ella!! Ya no la puede ganar el Madrid, porque el
Mallorca ganó por 2-1 en Mallorca y por 0-1 en Chamartín.
En la liga hay una sabrosa ventaja, si es que se sabe
administrar esa renta, con lo que no sería extraño que la
ganara, aunque hay medio campeonato por jugar, todavía.
Y en cuanto a la Champions, soñar no cuesta dinero, ahí el
Madrid está en su propia casa, puede ganar a cualquiera,
puede ganarlo todo, pero también puede ser eliminado por el
que menos se piense, con lo que habrá que ser cautos, habrá
que saber lo que hay y habrá que tener suerte, cosa que ante
el Mallorca no la tuvo, porque los mallorquines tienen un
portero, que ese día se auto nombró internacional.
Por todo ello, aplausos para el Mallorca, respeto para el
partido que hizo el Madrid y cartulina roja, con pitada
incluida, para Ramón Calderón que quiere estar en el plato,
en las tajadas y con el postre en la otra mano y
perjudicando con su verborrea lo que hacen otros en el
terreno de juego.
Y la semana no pudo comenzar peor, para el Madrid, cuando
hay que estar centrados y concentrados para el choque del
Atlético de Madrid, que este año parece que va en serio,
pero claro para el tercer lugar, porque los otros dos
puestos de arriba ya tienen amo, bien sean los blancos o los
azulgranas , que todavía no han dicho NO a ser ellos los
campeones de liga.
Y a las primeras de cambio han sido dos de los que querían
todo, Madrid y Sevilla, los que se han ido fuera.
No se puede actuar mirando por encima del hombro a los
demás, y en Sevilla los triunfos se le han subido demasiado
a la cabeza a su presidente, que ha visto, también,
desmocharse su trébol, a las primeras de cambio.
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