La manzana, sí / La manzana, no /
¡Ay! manzana mía de mi corazón. Esto de la manzana se está
pareciendo, cada día más, a la Parrala. Todo el mundo se
encuentra con el derecho a opinar y, por supuesto, todas las
opiniones merecen el máximo de los respetos. Cómo estará la
cosa que hay quienes están dispuestos a hacer una encuesta
para ver cuál es la opinión de los vecinos del centro. De
todos es sabido mí particular, personal e intransferible
opinión sobre las encuestas, no creo en ellas. Me explico.
Quiero hacer una encuesta para saber quién va a ganar las
elecciones generales. Si mi interés está en que las gane el
PSOE, me basta con hacer la encuesta entre los que sé,
positivamente, que son simpatizantes del partido y, cómo no,
saldría ganador por mayoría absoluta el partido socialista.
Igual resultado obtendría el Partido Popular, empleando en
la mencionada encuesta el mismo sistema. Eso está de una
claridad meridiana.
Supongamos que soy contrario a los deseos del presidente de
la Ciudad, Juan Vivas, puedo asegurar, sin temor a
equivocarme que la encuesta sería negativa a llevar el
mercado a la Manzana del Rebellín. Y una vez se cumpliría
aquello de: “en este mundo traidor, nada es verdad, ni es
mentira, todo es según el color del cristal con el que se
mirra.
Por otra parte, si soy partidario de hacer lo que tiene en
mente el presidente sobre llevar el mercado al citado lugar
la encuesta, no les quepa duda alguna, saldría totalmente
positiva a los deseos del presidente de la Ciudad.
Según Álvaro Sisa, autor del proyecto de la Manzana, no
existe impedimento alguno para llevar el mercado a ese
lugar. Se cuenta pues, de momento, con su inestimable
aportación al traslado del mercado a su proyecto. Y si el
presidente, Juan Vivas, cuenta además con los informes
jurídicos, técnicos y económicos, favorables a sus deseos de
trasladar el mercado central a la manzana, no sé qué pintan
todas las encuestas o todos los deseos de quienes no están
de acuerdo con semejante ubicación.
Desde luego, lo que tengo de una claridad meridiana, es que
si servidor fuese Juan Vivas que, por supuesto no lo soy, y
contase con todos los informes favorables anteriormente
reseñados, no dudaría, ni un segundo, en llevar el Mercado
Central a la Manzana del Rebellín, siempre que esa ubicación
fuese beneficiosa para el pueblo. Y realizar las cosas,
buscando siempre el beneficio para su pueblo es algo que,
Vivas, antepone a todo lo demás. De eso no tengo la menor
duda.
Mí adorada abuela, sabia ella, siempre me decía que en este
mundo, abundan los que “quieren peer en botija”, pues es la
única forma de hacerse notar. Una vez más llevaba razón la
sabia de mí abuela. Ni te cuento, serrana del alma mía, la
cantidad de personajillos, que nacido como los pollos de
granja a la sombra de la democracia, necesitan hacerse notar
para, con ello, creerse que son alguien.
Nunca se podrá imaginar, la sabia de mí abuela, la cantidad
de personajillos que andan como locos buscando una botija
donde poder soltar sus ventosidades. Gracias, abuela
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