La consejera de Medio Ambiente de
la Ciudad Autónoma, avalada por partida doble en tanto que
portavoz del Gobierno que preside Juan Vivas, ha asegurado
que la Administración local está “abierta” a estudiar la
propuesta que la organización Ecologistas en Acción presentó
esta semana al Ministerio de Medio Ambiente como alternativa
a la incineración para las ciudades autónomas. Ceuta y
Melilla son, por todas esas particularidades a las que se ha
referido una y mil veces el Gobierno del Partido Popular (su
escaso territorio, su alta densidad de población, su
ubicación geopolítica...) dos regiones a las que debe
preocupar especialmente la defensa de su entorno
medioambiental como un valor de futuro y no sólo en el plano
negativo (impedir que sucedan cualquier tipo de catástrofes
de este tenor) sino también en positivo: todas esas
peculiaridades pueden ser un lastre para determinadas cosas
que al otro lado del Estrecho son más simples, pero
debidamente aprovechadas pueden también ser un aliciente
para recibir más visitantes y seguir fortaleciendo la
todavía incipiente industria turística de la ciudad
autónoma. Es por todo ello por lo que debe ser bien recibido
el talante abierto al diálogo de la Consejería que dirige
Yolanda Bel, que ahora debería ser respondido por la
organización ecologista con la misma buena voluntad. Ni los
ecologistas ni la Administración pueden enrocarse en
posiciones donde la del otro no tenga cabida porque sólo del
consenso entre ambas puede salir la mejor solución para el
tratamiento de los residuos sólidos urbanos de Ceuta y de
Melilla, donde ya hace años se apostó por instalar una
planta incineradora que, según Ecologistas en Acción, no ha
funcionado precisamente bien. Ceuta, que por una cosa o por
otra no se ha decantado aún por esa opción para el
tratamiento de las basuras, debe aprovechar ese hecho para
reflexionar y, a la luz de las nuevas tecnologías y
posiciones existentes sobre esta materia, escoger la mejor
de las alternativas posibles de común acuerdo.
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