Hay profesiones para las que se necesita una vocación clara,
el haber nacido exclusivamente para ello. Una de ellas, y
una de las más complicadas, es la de la abogacía. Más allá
de un mero trabajo, los trabajadores de la Justicia saben
que en la mayoría de las ocasiones su labor puede cambiar la
vida de alguien para siempre. Esta situación es más notoria
si cabe en el caso de los abogados de oficio, aquellos que
trabajan dependientes del Estado defendiendo causas por
quienes no tienen recursos para costearse una defensa
privada. En el caso de Ceuta, la prestación de asistencia
jurídica gratuita está gestionada por el Ilustre Colegio de
Abogados de la ciudad, cuyos colegiados están capacitados
para realizar esta labor.
Sin embargo, cualquiera que haya estudiado Derecho no puede
acceder a ser abogado de guardia así como así. Deben llevar
colegiados al menos tres años y haber superado la escuela de
práctica jurídica que se compone de dos cursos. Después se
deben realizar dos años de prácticas y uno de espera antes
de poder acceder a la plaza de oficio. En cuanto al coste de
los mismos, cada uno de ellos ronda los 1.200 euros, más una
cantidad similar por colegiarse. Además, los abogados deben
seguir pagando la cuota del Colegio que se sitúa en 40 euros
y la mutualidad de la abogacía. Entonces, podrán pasar a
prestar servicio jurídico gratuito a quienes precisen de un
letrado para sus causas legales. Pero nada es tan sencillo
como parece, y la dificultad está en que, salvo pocas
excepciones, un abogado de guardia nunca puede negarse a
llevar un caso. Esto es especialmente complicado en asuntos
especialmente peliagudos como los acusados de maltrato
familiar o de tráfico de drogas. Como curiosidad, las causas
sobre homicidios y asesinatos no pueden llevarlas abogados
que no lleven colegiados un mínimo de cinco años.
Por otro lado, la abogacía de oficio se divide en dos
modalidades: guardias y designación de casos de personas que
piden asistencia jurídica gratuita a través del Colegio de
Abogados. En cuanto a la primera, los letrados realizan las
guardia en parejas, uno como principal y otro como suplente.
Estas guardias se cubren en los juzgados, en las
dependencias de la Policía Nacional, en las de la Guardia
Civil, en la Fiscalía, en el Juzgado de Menores, en el
tribunal específico para la violencia doméstica y en los
despachos militares, siendo estos últimos conocidos como
‘togado militar’. Sin embargo, algunos de ellos tienen
particularidades, como es el caso de las guardia en la
Policía Nacional, que incluyen también la asistencia a
extranjeros en la frontera. Por su parte, la función de los
dos abogados de guardia cambia en los casos de violencia
doméstica, ya que mientras uno atenderá al agresor, el otro
se ocupará de llevar la causa de la víctima. La guardia del
togado militar sólo dispone de un letrado, ya que en éste
ámbito se dan muy pocas causas.
En la segunda modalidad de abogacía de guardia se encuentran
los casos asignados desde el mismo Colegio de Abogados de
las personas que se acogen a la ley para pedir un abogado de
oficio, amparados por el derecho a la asistencia jurídica
gratuita. Estas causas llegan al despacho del colegio
directamente, que se encarga de la distribución de las
mismas entre los letrados colegiados. En este aspecto
destaca el hecho de que todos los casos se gestionan por el
Ministerio de Justicia, a excepción de los referidos a
violencia doméstica para los que existe un convenio entre la
Ciudad Autónoma y el Gobierno central. Estos casos no pueden
ser rechazados por los letrados bajo ningún concepto, a no
ser que el letrado al que se le ha asignado el caso
considere la denominada ‘pretensión insostenible’. Este
precepto considera que la causa que se pretende defender no
tiene ninguna salida legal. Pero para que se considere esto,
el letrado debe enviar un escrito al Colegio de Abogados que
debe ser visto por el comité para verificar los hechos. Si
no hay ningún problema, el letrado tiene un máximo de ocho
horas para presentarse a la causa desde el momento en que es
avisado.
Por todas estas razones, la abogacía de oficio se convierte
en una auténtica vocación, más teniendo en cuenta la
bonificación de los letrados. Así, se estima que los
abogados que cubren estas guardias pueden ganar alrededor de
600 euros al mes, que se cobran trimestralmente. Por tanto,
se hace necesario tener una cartera de clientes para
trabajar con causas privadas para poder subsistir.
Según fuentes del Ilustre Colegio de Abogados de Ceuta, “es
un trabajo duro porque en Ceuta hay muchos detenidos y un
mismo abogado puede llevar en un mismo día las causas de 12
o 13 personas”. Además, otra de las particularidades es que,
en cuanto a los casos designados por el propio Colegio, “te
puede tocar cualquier cosa, desde un acusado por tráfico de
drogas hasta un agresor de violencia doméstica”. En cuanto a
estos últimos casos, los abogados destacan que “en los
juicios de malos tratos te lo come todo, desde el penal
cuando se realizan las vistas hasta el civil cuando la
víctima recurre, y así todo el procedimiento”. Estas mismas
fuentes destacan también que en los últimos meses los casos
referidos a violencia de género han aumentado
considerablemente. Otra de las instrucciones más laboriosas
son las de los inmigrantes “porque tienes que hacerte cargo
de toda la tramitación, como los recursos a las órdenes de
repatriación o las peticiones de asilo a Extranjería”. Sin
embargo, todo ello compensa porque, la mayoría de las veces,
se defienden los derechos de aquellos que más lo necesitan.
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Ceuta cuenta con uno de los sistemas judiciales mejor
estructurados
La ciudad autónoma cuenta con la
particularidad, por sus propias características, de
condensar todas las instituciones jurídicas que normalmente
se reparten en una provincia. Aunque la Audiencia Provincial
depende de Cádiz y, por tanto, del Tribunal Superior de
Justicia Andaluz, la ciudad cuenta con una multitud de
tribunales a la disposición del ciudadano para llevar a la
justicia sus causas. Así, Ceuta cuenta con seis salas de
Primera Instancia e Instrucción, dos de lo Penal, una de lo
Contencioso-Administrativo y otra de lo Social. Además,
cuenta con un Juzgado de Menores y con una Oficina de
Atención a las Víctimas de la violencia de género, la cual
también requiere de letrados especializados. En todos ellos
operan los letrados de oficio.
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