Francisco Franco quería que España tuviese la bomba atómica
a mediados de los años setenta para “reforzar la posición
internacional de España”, muy especialmente frente a
Marruecos y a Argelia, países a los que según la información
publicada ayer por el diario EL PAÍS a partir de la
información contenida en documentos de la CIA
desclasificados el pasado lunes y fechados en 1974 el
dictador consideraba “su principal amenaza” en caso de que
llegasen a un acuerdo contra España.
“España es uno de los países de Europa merecedores de
atención por su posible proliferación (de armas nucleares)
en los próximos años. Tiene reservas propias de uranio de
moderado tamaño, un extenso programa de desarrollo nuclear
(tres reactores operativos, siete en construcción y otras 17
más en proyecto), y una planta piloto para enriquecimiento
de uranio”, sostenía la agencia de inteligencia
norteamericana en un documento del 17 de mayo de 1974,
citado por el diario del Grupo Prisa, que a su vez citó
declaraciones de un ex ministro de Asuntos Exteriores
español para quien una hipotética alianza entre Marruecos y
Argelia “habría supuesto un gran riesgo para Ceuta y Melilla
y para el Sahara occidental”, que finalmente anexado por
Marruecos en 1975 y donde, de acuerdo con la información
publicada ahora y en 1987, Franco pretendía realizar sus
ensaños nucleares.
Según EL PAÍS la CIA consideraba que Franco quería dotarse
de la bomba atómica para reforzar la posición internacional
de España, aunque a mediados de los setenta los informantes
norteamericanos consideraban que España y otros países como
Irán, Egipto, Pakistán, Brasil y Corea del Sur, necesitarían
al menos “una década para desarrollar sus programas de
armamento nuclear”.
En el momento del informe de la CIA, España aún no había
firmado el Tratado de No Proliferación de las armas
nucleares, suscrito por 19 países.
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