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OPINIÓN - VIERNES, 18 DE enero  DE 2008

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Cambios, modificaciones y rechiflas
 


Quim Sarriá
quimsarria@elpueblodeceuta.com

 

No veo por ningún lado el problema que encuentran los hombres y mujeres del tiempo para vaticinarlo con exactitud. Más bien parecen unos encuestadores de intención de voto, que tiran más bien para el partido de sus amores cuando presentan los resultados.

Hoy seguiré insistiendo sobre política, más que nada porque uno no para de oír y leer las más genuinas expresiones de gente que no quiere enterrar el tenebroso pasado del país, ni de la ciudad.

No me parece ético que los políticos declaren públicamente sobre temas peliagudos que sólo conducen a que sean interpretados como intenciones privadas de ambiciones personales y tras las cuales se ocultan unos intereses, oscuros intereses, que a la larga salen a la luz en planes totalitarios que no benefician en nada al país, ni mucho menos a la ciudad.

La declaración de los políticos ceutíes, con representación nacional, demuestran muy a las claras las intenciones que tienen de reconducir el país hacía las manos de unos cuantos privilegiados. El resto de españoles a callar.

Eso de que, cuando ganen las elecciones y formen Gobierno, cambiarán las leyes aprobadas por mayoría en el Parlamento español no deja de ser más bien unas jugadas de ricos niños egoístas que miran su propio ombligo y mandando a la porra al resto de ciudadanos. El país de La Porra, del inolvidable Álvaro de Laiglesia, ya debe estar colapsado.

Decir que cuando gobiernen modificarán la Ley de Suelo y con ello el plan de Urbanismo, me parece que tiene la pinta de conseguir un gilismo más ambicioso y, supuestamente, refrendado legalmente.

Una Ley de Suelo que beneficia al conjunto de ciudadanos españoles, sin matices, y que abre camino para la lucha contra la especulación… sólo perjudica a quienes tienen el punto de mira en la bolsa, de dinero constante y sonante, obtenida con el juego, supuestamente para ellos, pasional de la especulación.

Si el dinero que se embolsan unos cuantos y contados especuladores, escribo de miles de miles de billardos de euros, revertiera para el ciudadano, no tendrían, éstos, motivos de queja por el índice de precios y entonces sería una realidad imbatible el concepto de riqueza española.

Pero no, la ambición personal de unos cuantos y contados especuladores es desmedida en grado sumo. No les basta tener en su cuenta corriente diez mil millones, no… quieren más y más ¿para qué? ¿Para comprar el país y seguir engrosando la cuenta corriente? ¿Con qué fines específicos amasan considerables fortunas? Si al fin y al cabo morirán de todas maneras y en el cielo, o en el infierno (aunque diga el Papa ahora que no existe), no existen bancos ni cajas de ahorro, ni bingos ni casinos. Ni queridas con piso en cada ciudad escondida.

Estoy seguro que las intenciones de los políticos conservadores de cambiar las leyes emanadas por el Parlamento español en la última legislatura, va en serio. Derogar o modificar leyes que han traído y traen mucho beneficio al conjunto general de ciudadanos españoles; con muchos derechos arrinconados por el franquismo; con plena libertad democrática para decidir… No tiene buena pinta. ¿Lucharan contra la familia real, por eso de la separación de uno de sus miembros? ¿no?

No tiene buena pinta porque la charanga de los que no son demócratas está escrita y pintada por numerosos españoles de renombre, muchos de ellos en el paraíso celestial o en las ollas infernales del diablo –los bajitos en las cacerolas- por las rechiflas que destilaban, de tan inmovilistas como son y que consideran el súmmum de la felicidad estar casado formando familia, santa y sagrada, y al mismo tiempo disponer de una querida estupenda con piso y coche sufragado por todos los sufridos españolitos de a pie. Les tira el modelo moruno.

Si las santas esposas de algunos antidemócratas tuvieran agallas y se quitaran las corazas del inmovilismo e investigaran un poquito las aventuras extramatrimoniales de su santo esposo… los programas-basura y las revistas-basura del color rosa y de corazones rojos harían el agosto con resultados de “corazones partíos”. Aunque también existen casos contrarios (ahí sí que hay igualdad de género) y uno que puede demostrar eso ya no está entre nosotros, perdió completamente la cabeza esquiando y la nietísima hacía ya tiempo que le puso los cuernos. Otros, muchos, prefieren no darse por enterados, aunque se entere todo el mundo… ¡que país!
 

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