Este año, por la coincidencia de
las fechas en las celebraciones, todo va más de prisa, con
lo bien que estaría que todo fuese con mayor tranquilidad y
los días, junto a los meses, tardasen más tiempo en pasar.
Oiga, amigo guarida, que cuando uno llega a cierta edad, no
quiere ni desea que los días corran tanto. Un poquito de por
favor, como decía el del chiste, no correr que es peor. Pues
eso, vamos a ir despacito para que nadie se canse.
No hace nada que estábamos celebrando las navidades, cuando
como por arte de magia se nos presentan los carnavales
debido a que, en este año de gracias, la Semana Santa cae a
mediados de marzo y, por tanto, la fiesta del dios Momo se
tiene que celebrar antes de la Cuaresma. Total que esto va a
tal velocidad que, en nada, nos vamos a encontrar con las
vacaciones de verano que irremisiblemente, acabada las
mismas, nos llevarán a otras navidades y adiós año.
Algunos podrán pensar, no sin razón, las cosas como son, que
estoy siendo algo exagerado con la velocidad que le estoy
imprimiendo a las fechas del calendario, pero tendrán que
coincidir con servidor que vamos a una velocidad de vértigo
y que, por supuesto, sería mucho mejor ir mas despacio,
dándonos tiempo a saborear, con todo el esplendor que se
merece, el paso de los días.
En fin, que le vamos a hacer, así es la vida y así tenemos
que llevarla y como los carnavales están a la vuelta de la
esquina, pues hablemos de los carnavales. Unos carnavales
que cada vez que llegan, me traen recuerdos imborrables de m
i paso por los mismos. No en vano fueron nueve años seguidos
subiéndome al “madero” para presentarlos.
Fui, como en otras ocasiones, pionero en los carnavales lo
que significó un gran orgullo, el haber sido uno de los
participes de eso “nuevos” carnavales que, después de muchos
años, Ceuta volvía a celebrar y, para satisfacción de todos
los que los iniciamos, constituyeron un auténtico éxito, con
todo el pueblo lanzado a la calle celebrando la fiesta del
dios Momo.
La cabalgata, con la participación de todo el pueblo de
Ceuta, no tenia ni principio ni fin, era como la pescadilla
que se muerde la cola. En ocasiones, viéndola, llegué a
penar que había más personas disfrazadas en la cabalgata,
que presenciando la misma, por las principales calles de
nuestra tierra. Fueron unos años que no se volverán a
repetir. Ceuta vivió sus nuevos carnavales, entregándose en
cuerpo y alma a los mismos, sin ningún perjuicio con toda la
alegría del mundo no en vano, los carnavales de nuestra
tierra, tuvieron fama allende de nuestra fronteras. Pero..
Siempre, en todas estas cosas surge un pero que termina
poniendo freno a esa entrega por nuestros nuevos carnavales,
que obliga a muchos de sus pioneros a marcharse de los
mismos. Sucede, todo ese abandono, con perjuicio para los
carnavales, en cuanto llegan a lo ellos, personas con mando
que no tienen ni… idea de cómo se hacen la cosas, para
sacarle el máximo provecho. Sus errores y sus
desconocimientos llevaron al desastre a nuestros carnavales.
Hoy, estamos intentando arreglar semejante desaguisado.
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