Para que lo solucione, quiero
decir, y alguien se me anticipará y me dirá ¿Solucionar
qué?. Mi respuesta es: las irregularidades que dentro de los
“sin papeles”, ellos, entre sí, cometen.
Como lo vi así lo cuento.
Fue el pasado domingo, por marcar perfectamente la fecha,
sobre las 5 y media de la tarde. Salía yo del Parador Hotel
La Muralla de Ceuta, así nos situamos en el lugar, y veo un
movimiento, realmente anormal, por cuanto tres inmigrantes
de los que ahora abundan en Ceuta, distanciados uno de otro,
poco más de cinco metros, recibían la visita de otro, parece
que, por sus trazos, de la misma nacionalidad, aunque eso
sí, vestido un poco mejor, que se iba a cercando a uno y a
los otros, conversaban brevemente y estos le daban dinero.
No sé cuanto, de haberlo sabido también lo escribiría.
La situación me llamó poderosamente la atención, por lo que
decidí aflojar el paso para seguir a corta distancia de este
“supuesto recaudador” que se dirige a Martínez Catena,
frente al CN Caballa.
En la acera contraria al Caballa había otro par de
inmigrantes, parecían de la misma nacionalidad, por sus
características, y la visita del”pretendido recaudador”
hacia sus paisanos se hace en los mismos términos. Aquí
estaba yo más cerca que con los anteriores y vi con toda
claridad que uno le daba un par de billetes de 5 €, no sé si
le dieron más, porque con lo visto yo no pintaba nada allí y
seguí mi camino.
La pregunta que yo y que alguno más nos podemos hacer es
¿Qué tipo de trapicheos había entre ellos?¿Es que también
entre estos, mejor o peor, acogidos hay jefes y hay
sirvientes?.
Hasta ahora habíamos visto y ya sabemos lo que pasó hace
pocos días, que algunos trataban de sacar unos cuantos
céntimos ayudando a aparcar o dirigiendo el aparcamiento a
alguien. Ese día vimos como al tratar de adelantarse uno a
otro hubo el rifi rafe y luego la puñalada. Pero era algo
entre dos, con desgracia final, y sin intervenir, a lo
lejos, otros.
Esto, sin embargo, tiene otro color y únicamente mis nulos
conocimientos para hacer una foto desde el teléfono móvil me
impidieron haber dejado reflejada la instantánea de lo que
estoy diciendo.
Y tengo que repetir que esto no fue el año de “Maricastaña”,
fue el pasado domingo, día 13. No fue en un lugar apartado
de la ciudad, fue en el mismo centro, y lo mismo que yo
seguí la secuencia con aquellos, la pudo seguir cualquiera
que a esa hora hubiera pasado por allí.
Mal van las cosas, si además de tener como tenemos con
estos, tantos gastos, luego, entre ellos hay distinción de
clases, jefes y subordinados. Por ahí se va poco lejos.
Yo no pretendía, tras haber escrito en pocos días de los
“sin papeles”, volver a tocar este asunto, pero ese hecho
visto a plena luz del día, en pleno centro de Ceuta, a mí me
llamó la atención, porque eso no es lo normal y a más de
uno, ceutí o foráneo, también, tiene que llamarle la
atención.
Frenar estas situaciones, pienso que se pueden frenar y es
que, de vez en cuando, una vueltecita de expertos de la
policía, por esos círculos, podría ser, cuando menos, útil
porque ellos, mejor que nosotros que no conocemos bien estas
prácticas pueden llegar al fondo de lo que se esconde
detrás.
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