Leo la revista “Ceuta: Siglo XXI”
un día más tarde de lo habitual. Confieso que no he podido
antes. Porque, aparte de que escribir es lo prioritario,
estoy entusiasmado leyendo “Vida y destino” de Vasili
Grossman. Y en cuanto me queda un rato libre, no dudo en
dedicárselo a esta novela cumbre.
La revista goza de una magnífica presentación; es un
producto que se mete por los ojos. Y tal y como ya dije del
“Cuaderno dominical”, también admite muchas posibilidades de
sumar más páginas. Lo cual se irán produciendo, tengo la
certeza, más pronto que tarde.
De la lectura de “Ceuta: Siglo XXI” me llama la atención lo
que dice Ramón Ros acerca de Yolanda Bel,
Consejera de Medio Ambiente y portavoz del Gobierno. Nos
explica que ésta fue vetada por Jesús Fortes cuando
iba a gusto en el machito. En cuanto a sus preferencias por
Regina Pizones sí me eran conocidas. De ahí que ésta
cayera en desgracia nada más deslizarse JF por la ladera
conducente a la sima.
Lo que no entiendo es por qué se nos dice que Yolanda Bel se
siente orgullosa de ser joven y mujer. Porque no habría de
estarlo. Si, además de serlo, luce garabato de sobra. De
ella ya escribí, días atrás, y dejé muy claro que esta mujer
reunía cualidades suficientes para destacar en la vida
actual. Tiene ese encanto que tanto agrada y... bueno
pasemos a otra cosa.
Por ejemplo: también nos cuenta Ramón Ros que muy bien
podría caer en desgracia, la portavoz del Gobierno, porque
su crecimiento en todos los aspectos no le agrada a Pedro
Gordillo. Parece ser que el articulista está enterado de
ciertas interioridades. Pero me cuesta trabajo creer que, a
estas alturas, el presidente del partido quiera abrir otro
frente del que seguramente no saldría tan bien librado como
cuando lo de Emilio Carreira.
Aun así, no está de más que salgan a relucir estas
situaciones entre militantes con cargos que en los partidos
suelen estar a la orden del día. Pues forman parte de esa
rutina diaria donde se van acumulando las envidias, las
rencillas, los deseos, y sobre todo, como en cualquier
empresa, se van deteriorando las relaciones de tanto
usarlas.
Sin ir más lejos, aprovecho la ocasión para recordar lo que
le sucedió a mi siempre estimado José Antonio Rodríguez;
quien, de la noche a la mañana, pasó de ser la cara amable
del Gobierno y el gran valedor de las relaciones entre Ceuta
y los pueblos blancos de Andalucía, a verse relegado a una
Consejería que no le cuadra a su carácter alegre ni a su tan
cacareada bonhomía.
A mí me cuesta, la verdad sea dicha, ver a JAR al frente de
la Policía Local. Porque, si bien me consta que está
poniendo todo su empeño para dar la talla, entiendo que en
ese destino irá perdiendo gran parte de esa jovialidad de la
que hacía gala como vicencosejero de Turismo. Cosas de la
vida y... compañías no adecuadas.
En fin, que me gusta la revista “Ceuta: Siglo XXI”. Ya he
dicho que le vendría muy bien, si es posible, contar con más
páginas... Ya que de calidad está sobrada. Y, desde luego,
es conveniente que Ramón Ros nos siga contando las
interioridades de los populares. Que siempre serán bien
recibidas por el columnista. Eso sí, no le pedimos que se
aparte de su decir constructivo.
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