Está muy claro que uno nunca podrá
confiar en las predicciones de los hombres o mujeres del
tiempo que se creen un dios. Hoy, por ayer domingo, tendría
que ser un día muy lluvioso cuando en realidad es un día de
sol con nubes intermitentes. No le habría dado tanta
importancia a ello si no fuera que he rechazado, a causa de
la previsión del tiempo, una invitación muy importante para
pasar el fin de semana en la finca que un conocido posee en
el país vecino. Pese a todo, a malos tiempos buena cara.
En fin, volviendo a lo mío que es el análisis de cualquier
asunto, sobre todo cuando atañe a la política nacional, veo
que Mariano Rajoy, y con él todos los peperos, no acierta ni
a la de tres.
Estamos entrando en un período de realizaciones sociales y
laborales que afectan positivamente a la mujer, en todos los
aspectos, con la ley de la igualdad y ahora sale el ínclito
gallego con una propuesta contraria a la igualdad.
La enésima propuesta del líder pepero, esta vez en el campo
fiscal, no es otra cosa que el acrecentamiento de la
desigualdad que no sirve para nada ni va a ayudar a las
mujeres trabajadoras.
Desde luego, esa propuesta considera a la mujer que tiene
que seguir discriminada, en cuanto a referencias laborales a
la hora de ocupar un puesto de trabajo y no facilitará que
tengan las mismas oportunidades que los hombres para
ascender, ni mucho menos para ganar lo mismo que ellos.
Este desconocimiento, por parte de Mariano Rajoy y los
suyos, de la problemática de la mujer trabajadora nos hace
ver que los peperos no tienen nada más que ofrecer en el
plano de la igualdad.
Ello se entiende porque Mariano Rajoy y los suyos no
apoyaron la Ley de Igualdad en su momento y por eso ignoran
que esa Lay es la herramienta perfecta, aunque obviamente
mejorable, para terminar con la discriminación de género y
con la desigualdad de los salarios.
Si comienza con la promesa de rebajar mil euros en el IRPF,
sólo a mujeres trabajadoras… ya empieza con su habitual
tesis de discriminación de género. Eso está más claro que el
agua de Lanjarón.
La tendencia política del PP es bien conocida por todos y
ahora viene con un nuevo truco, pero viejo de existencia,
que es el miedo. Tienen miedo de volver a caer derrotados e
inculcan miedo sólo para obtener el poder con artes fuera de
toda ética política y democrática. La tendencia al
totalitarismo, del PP, lo convierte en un partido de estilo
bananero, lo he escrito y lo escribo miles de veces, que
utiliza las tramposas armas de destrucción masiva del
insulto y del desconcierto apoyado por los medios de
comunicación afines.
Son los valedores de aquella perogrullada “… que inventen
ellos” porque se aprovechan de los trabajos ajenos para
presentarlos como suyos, así ha sido y seguirá siéndolo en
quienes no tienen verdadera vocación demócrata y no utilizan
la política para engrandecer el país sino para engrandecer
las cajas particulares con realizaciones fuera de todo
derecho democrático. Pruebas reales las hay y a montones.
Se nota en demasía la falsa predisposición de los peperos
actuales -es hora de que las bases cambien de dirigentes-
para llevar una política verdaderamente práctica y valedora
de los derechos de los ciudadanos. La discriminación, que
según Mariano Rajoy es positiva, que quiere compensar a las
mujeres trabajadoras en su actividad profesional, no es más
que un truco para que éstas acepten su condición de
inferioridad para que cuando él, supuestamente, gobierne
tenga menos problemas con reclamaciones sobre igualdades. No
está de más observar que aquello que no apoyó sea ahora el
eje de actuación de su partido: la Ley de la Igualdad. Es de
risa esa afirmación, casi un chiste de cierto pueblo
andaluz, de que con la rebaja del IRPF a las mujeres
aumentará sus tasas de actividad y se creará empleo… ¡qué
cuento chino!
Se queja, Mariano Rajoy, de que hay sueldos bajos y empleos
precarios y la clave está en la educación y en la formación…
¿por qué no promete aumentar el sueldo? ¿Por qué no promete
mejorar los Planes de Empleo? ¿No te jode?
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