En la previa se sabía que el desembarco de la AD Ceuta en
Mazarrón iba a ser muy complicado, pero no tanto como acabó
resultando. Las reducidas dimensiones del terreno de juego,
y los números de los murcianos en su feudo, hacían presagiar
la batalla como una misión imposible para la escuadra
caballa. Con sus armas, el ejército blanco capitaneado por
un José Enrique Díaz que volvió a ver la lucha desde la
grada, saltó al verde para enfrentarse a once adversarios.
Sin contar con que el colegiado valenciano José Manuel
Bernal Moreno protagonizaría un envite donde los ceutíes
acabaron con ocho, a raiz de tres expulsados, estando
obligados a hacer un esfuerzo titánico para defender el
resultado.
La contienda arrancó con el Ceuta bien plantado, peleándole
el centro del campo a los mazarroneros. Una actitud que,
cuando aún retumbaba el pitido inicial, se tradujo en una
pena máxima forzada por Fran Amado al internarse entre las
líneas enemigas. El algecireño, que el viernes estuvo
practicando desde los once metros, estuvo acertado y
adelantó a los suyos.
Viéndose por debajo en el marcador los rojillos reaccionaron
para poner cerco a la portería de Lledó. El primero en poner
a prueba al meta sevillano fue Álvaro, quien estrelló en el
cancerbero un balón franco. Donde no estuvo tan atinado el
arquero ceutí fue en la siguiente acción, al pecar de exceso
de vista en un centro-chut de Álex Colorado que se envenenó,
estrellándose en el larguero.
El tiempo pasaba, y el empuje de los locales fue decreciendo
hasta reducirse a balones colgados en acciones de
estrategia. Un arma que también utilizarían los blancos con
idéntica fortuna.
El que seguía a lo suyo era Fran Amado que, después de haber
marcado un gol, quería hacer más sangre para lo que gozaría
de dos acciones más. La primera, en un rechace de Reguero
que apunto estuvo de aprovechar, y la segunda al chutar
desde su propio campo, mandando el esférico al travesaño en
lo que hubiera sido un gol de pañuelos.
El Mazarrón, consciente de que iba por mal camino y sin
apenas opciones de neutralizar la ventaja, entró en una fase
de impotencia que se tradujo en acciones violentas que el
colegiado no señaló. Lo que el árbitro si apreció, en la
recta final del primer periodo, fue un codazo de Carlos
Seidí sobre un rival, que supuso su expulsión por roja
directa.
Ya con superioridad numérica los murcianos se crecieron para
ver como Carrasco despediciaba un mano a mano contra Lledó.
Una acción tras la que el Ceuta se quedaría con nueve, al
ver Pepe Martínez dos tarjetas amarillas de forma
consecutiva, que le llevaron al vestuario antes de tiempo.
Jugando los ceutíes con dos menos, y en tiempo añadido, el
colegiado señaló otra pena máxima, esta vez más rigurosa,
por agarrón sobre un Fran Amado que volvió a acertar en el
lanzamiento.
No hubo paso atrás
Lo más lógico parecía que en la segunda parte, al estar el
Ceuta con dos hombres menos y dos goles de ventaja, José
Enrique Díaz fuera a hacer algún cambio de corte defensivo.
Pero no fue así, ya que el técnico sevillano siguió contando
con los mismos hombres, sin intención de encerrarse a
defender el resultado. Así, y con el lema ´la mejor defensa
es un buen ataque´, los ceutíes aprovecharon las reducidas
dimensiones del terreno de juego para mantener con orden su
ventaja, y el balón lo más lejos posible de su portería.
La primera aproximación seria de los locales en la segunda
mitad tardó casi veinte minutos en llegar, cuando Juanjo
remató fuera un balón colgado por Álvaro desde la diestra.
Un Álvaro, el mejor de los suyos en el día de ayer, que lo
intentó en solitario al rematar desviado, y que también puso
un pase de la muerte a Juanjo, que atrapó ´in extremis´
Lledó.
Ante ese panorama la recta final fue de completo acoso por
parte de los murcianos que estaban viendo como el duelo se
terminaba y eran incapaces de perforar la meta contraria. En
esas los mazarroneros lo intentaron insistentemente,
estrellándose una y otra vez en la ordenada zaga del Ceuta.
Cuando todo parecía que el muro era infranqueable, y que era
imposible encontrar un resquicio, Carrasco recogió un rebote
para encarar a Lledó y, sin oposición, recortar la ventaja.
Un gol tras el que los locales se quedaron con diez por la
expulsión de Santi Silvar.
Con el duelo completamente roto, y el Mazarrón a la
desesperada, Javi Navarro recogió un buen servicio de
Alberto para internarse y, de disparo cruzado, poner el
tercero y definitivo en tiempo de descuento, sentenciando el
choque.
Trabajado triunfo para los ceutíes, que tuvieron que
sobreponerse a todo tipo de adversidades, y que se vieron
obligados a entonar la heroica para sumar los tres puntos.
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El Ceuta enlazó dos triunfos por primera vez en la temporada
En el Municipal de Mazarrón, la AD
Ceuta logró su segundo triunfo de la temporada a domicilio,
después del conseguido una semana antes en el Artés Carrasco
de Lorca. Una circunstancia que provocó que, por primera vez
en el presente campeonato, los ceutíes cosecharan dos
triunfos de forma consecutiva, además materializando seis
goles, y recibiendo tan sólo uno en contra. Y es que, en las
nueve visitas precedentes correspondientes al 2007, los
blancos habían marcado únicamente cuatro goles, y encajado
ocho.
Dos victorias que arrojan un botín de seis puntos que han
servido a los caballas para regresar a la zona noble de la
tabla, gracias a una formidable racha de nueve partidos sin
conocer la derrota. Un balance de cuatro triunfos y cinco
empates, que deja en el olvido la última derrota encajada en
Águilas (2-0) el pasado 4 de noviembre, en la undécima
jornada.
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