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sociedad - DOMINGO, 13 DE ENERO DE 2008


Juan vivas (C). archivo.

La crónica
 

El Mercado Central

El Gobierno de la Ciudad continúa en su afán de buscar una alternativa estable para la ubicación del Mercado Central de Abastos
 

CEUTA
Ramón Ros

local
@elpueblodeceuta.com

Su actual ubicación en la plaza de la Constitución, ocupando una emblemática zona de nuestra ciudad, con unas instalaciones ineficaces para el fin que pretende y presentando una fachada que, sin duda, desluce el entorno, ha motivado la ya casi firme decisión del ejecutivo local de moverlo de ese sitio.

Por otra parte, es necesario definir nuevos servicios en el complejo del Revellín, que tras la reorientación fijada por la justicia respecto de algunos de sus usos y la consiguiente reacción de la Asamblea de Ceuta, ofrece nuevas posibilidades para dotaciones públicas en el seno del citado complejo.

Ambas cosas pues, la necesidad de rematar todo lo hecho en nuestra zona cero, nuestra Puerta del Sol, planteando una nueva ordenación de la zona al servicio de los ciudadanos, despejada, abierta, funcional y respetuosa con las esencias de Ceuta, así como la definitiva definición de los espacios del complejo del Revellín, orientan y direccionan a un gobierno, el local, que bajo la batuta de Vivas, va dando esos ya típicos pasos vacilantes y firmes al mismo tiempo, mientras no deja de observar por los dos rabillos de los ojos, las reacciones que se van produciendo a cada paso dado o sugerido.

No es Juan Vivas un dirigente al estilo de Fraiz o Fortes, poco interesados en las reacciones de los demás, ya fueran razonables o interesadas. Vivas es un hombre que aspira siempre procurar el consenso y a evitar la confrontación, por muy convencido que esté de que su iniciativa es la buena. Su estilo de gobierno es, por tanto, peculiar, pero sin duda le da unos magníficos resultados, aunque, en ocasiones, desquicie a más de uno de sus colaboradores con su indefinición calculada.

Detrás de cualquiera de sus decisiones, habrá el Presidente buscado previamente los apoyos necesarios para desactivar cualquier oposición y eso, es a veces lento y agotador, dos cosas que a Vivas no le pesan: la paciencia y la tenacidad.

En la operación que podríamos denominar “traslado del mercado central”, las voces críticas se han alzado, si bien de modo tenue en principio, pero con la clara intención y posibilidad de ir aumentando en intensidad, pero en las últimas fechas, se han producido dos hechos relevantes e incluso determinantes, ante la ya urgente necesidad de tomar decisiones definitivas. En primer lugar, la opinión del arquitecto redactor del proyecto de la Manzana del Rebellín, el portugués Siza Vieira, que en la entrevista realizada por ‘El Pueblo de Ceuta’, y tras analizar varias posibilidades, entiende que la ubicación del mercado en el complejo, no sólo no genera ningún problema sino que vendría incluso a enriquecer el resultado final. De otra parte la rotunda respuesta de los concesionarios del mercado central, favorables en su inmensa mayoría a recalar definitivamente en el rebellín, ocupando para su actividad un lugar céntrico y emblemático, lo cual, con toda seguridad, mejorará la rentabilidad de su actividad.

Frente a estos dos datos de indudable peso, siguen existiendo otros a tener en cuenta y que, con toda seguridad, pesarán en el ánimo del gobierno autónomo, pero de más fácil resolución. Y es que, ciertamente, habrá que llegar a un acuerdo económico con los propietarios del semisótano, acuerdo basado en tasaciones profesionales que despejen las insidiosas dudas que algunos han pretendido esparcir al respecto, sabiendo que, al final, la ubicación allí del mercado central no resultará barata para la Ciudad Autónoma, como tampoco lo será el Auditorio o el resto de equipamientos del complejo y todo ello, por que la obra de Siza, de primer rango en cuanto a su proyección, no se sujeta a los mismos parámetros de costo que la proyectada por un arquitecto de los que podríamos denominar estándar, debido a la singularidad de su arquitectura y la definición de materiales que emplea, pero esto forma parte de la carga añadida de contar con su firma, lo cual también puede ser con el tiempo valor añadido para Ceuta

La definición final del tipo de mercado que allí se establezca, con los límites de actividad que el propio Siza fijará, así como el control y regulación de la actividad en esas instalaciones, al objeto de evitar indeseables contrastes, serán cuestiones sobre las que habrá que trabajar con empeño y esmero, pero sin que el desánimo y los tópicos conformen un estado de ánimo contrario a la iniciativa.

En cualquier caso, si se superan definitivamente los tópicos y la óptica se amplia, para considerar que Ceuta no tiene por qué seguir siendo siempre diferente, si al nuevo mercado se le imprime un carácter propio de una ciudad moderna, no sólo como lugar costumbrista, que lo es y debe seguir siéndolo, sino como espacio ordenado, de ocio y de intercambio cultural y no sólo comercial, el resultado final no tiene por qué desmerecer en nada respecto del resto de usos del complejo, al contrario, puede y debe complementarlos y servir de estímulo a dar vida a una zona tan especial como esa, que el arte y la cultura cada vez se complementan mejor con una buena pitanza y ejemplos hay en otros lugares de España en los que se integran a la perfección actividades distintas en espacios únicos, donde al ciudadano se le ofrecen todo tipo de servicios, porque eso es el mundo actual, por lo menos el nuestro.
 

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